ista de So
a moderna que yo misma había diseñado, con líneas limpias y amplios ventanales que dejaban entrar la luz de la ta
ena, había lla
revisado sus activos. Estás en una posición muy fuerte, Sofía. El acuerdo prenupcial era sólido como
sación de seguridad. El cuidado a largo plazo de mi madre serí
pijamas quirúrgicos arrugados y ropa de diseñador que no le había visto usar en años. Escondida en la parte de atrás, casi oculta, había una pequeña sección d
vestido de noche. No era mío. Lo reconocí al instante. Ximena lo había usado
meses, le había señalado a Damián que el abrigo
rarle uno nuevo
n línea -había respondido, sin
con el logo de un famoso diseñador. Más tarde esa noche, Ximena publicó una foto de Ivonne, radiante, envuelta en un lujoso abrigo d
e Ivonne "no tenía nada". Mi madre, que me había criado con un sueldo d
con esmero y las coloqué en una caja. Empaqué mis propias cosas a continuación, moviéndome con una eficienci
Dentro, acunados en un lecho de terciopelo desvaído, había recuerdos de los últimos ocho año
llantes con un futuro que juró que construiríamos juntos. Pegada en la parte de atrás había una nota que me había escrito esa n
omesas sinceras, se sentía como un
, sacándome del
mar de inmediato. Y otra vez. Al cuarto inten
ste traslado! Ivonne... su condición ha empeorado. Ha estado pr
-pregunté, m
jada conmigo! ¡Su corazón no puede soportar este est
esa fotografía que sostenía, me había prometido un para siempre. El hombre que solía enviarme mensajes en medio de sus turnos diciendo: Solo pe
en mi mano. El amor, la sinceridad, el futuro que prometió..
gunté, mi voz a
áneamente atóni
¿me oíste? I
z ganando fuerza-.
de que pudi
nriente, la promesa esperanzadora en sus ojos, y sentí una punzada de
grafía por la mitad. Los rostros sonrientes se separaron, la promesa rota. Dejé cae
o de una puerta cerrándose por última vez. Tomando la caja, salí de la recámara, bajé
e había acabado de

GOOGLE PLAY