vista d
o en mi mano, vibrando con un potenci
un millón de pesos en seda y cachemira; ropa d
ropa. Eran
papel que me veía o
do hacía años, una secuencia de díg
dos v
espondió una vo
bula Rasa -dije,
larga y pesad
rsión digital desapareció para reve
ré, la orden fue cortante
lo recordarás a él. No te recordarás a ti misma. No recordarás cómo programar, cómo lavar dinero o por qué estás
n -d
Elena -advirtió-. Estás ma
muerta -repliqué-
on pesadez-. P
as para las cuentas de las Caimán -l
mente-. Ven al laborat
éfono de nuevo dentro d
valor, salí a
, con un brazo descuid
ía en
ra de incinerar
a su lado, con cu
zo rodeó mi cintura, atr
en mi cuello, in
rmuró en
de náuseas
e su posesivida
, el rastreador en mi coche eran porque
aba cuenta
a protegien
su propiedad para q
, escuchando el ritmo con
l amor que había s
ese coche en llamas, su rostro manchado de ho
podía ver era el
ra a él diciéndole a Ke
cio
n algo
pistola
mencé a construir u
o por l
cuerdo de él de
a vez que
me tomó de la
ó cuando le presenté l
se
édico me dijera que el
aba en
or era solo
cómo mani
, sería la esposa per
viría
laría la
a para de
la mujer en sus braz

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