aleza con precaución, como una prisión astuta. No sabíamos que tenían un lugar para esconderse, debieron haberse instalado unos meses antes para hacerla, pues se d
contrario nunca formó casa estando aquí, no como estos hijos de puta. Nosotros teníamos nue
tos eran in
s y la manta que me dio Kent. Todo estaba tranquilo hasta que escuché un sonido
o y así vario
rse. Era
línea, punto, espacio, punto,
éj
na explosión fuerte sonó dejándome cubierta de polvo gris y con un pito sonando en mi cabeza. Las alarmas c
ritó Anastasia,
rás del suyo mientras disparaba a los hom
Marcelo quien manejab
mos al auto y arrancamos escondiéndonos en
tó Anastasia mientras me
ar de cortes, moretone
ella de agua fría que
tó encontrar el lugar, esos ma
que mis pulm
ones. Anastasia abrió un mapa con una cruz roja sobre lo que imaginé era el
s a la derecha y luego a la izquierda. Una, dos, tres y cuatro piezas más a los lados hasta que no pude ver más y llegamos al final, donde me liberaron, si vuelves por ese pasillo te encontra
nos s
o tan grande? -me lamenté
otar, pero ¾ de su refugio está b
n tiempo de moverse, y si lo hacen los encontraremos en el camino. No tienen otra opción, tenemos
s pistolas colgaban de su sobaquera junto a dos cargas de balas y
a, todos lo
os hacía señas para darnos direcciones y como gacelas nos movimos por el lugar sin emitir ningún sonido. La noche estaba oscura y tranq
aban es
sacaron sus cuchillas cuando nos encontramos de frente y comenzamos la lucha mano a mano mientras aún se escuchaban algunos disparos a lo lejos. Mi cuchilla entraba y salía letalmente por la piel de los en
-No vino d
! -gritó A
cieron, que murieran como lo hicieron mis padres, quería que desearan nunca haberse metido con nosotros y se rindie
arme que estaba muerto una tos a lo lejos me sacó de mi ensim
er
ala de reuniones, todos can
. Mañana les daremos el entie
asen
blemente, estarán recogiendo cuerp
mos? -Me pregu
e la celda seis sobrevi
suficiente,
es haga guardia
otros nos haremos cargo -me dijo maternalmente, y con