ista de Bl
ucho más de lo que me quedaba en mis menguantes ahorros, incluso después de vender las pocas cosas de valor que aún poseía. Sol
ía que enfrentar a Gabriela. Tenía que recuperar el vestido, de una forma u otra. Era más que solo te
, una figura bloqueó mi camino. Corey. Su rostro estaba demacrado, sus ojos sombríos,
raste con el tono despreocupado que recordab
sos años atrás, había dado el golpe que destrozó mi rótula, acabando con
que nunca lo había creído capaz. No solo le había creído; había actuado sobre sus mentiras. Me había pateado, me había roto, todo por ella. Mi prometedora carrera como bailarina de ballet, lo único que me había traído alegría y propósito después de la muert
ón de la agonía física, como si le estuviera sucediendo a otra persona. El dolor emoc
la violencia que había infligido. Un destello de algo, quizás culp
Dijo que le torciste el tobillo tratando de empujarla al coche. Yo solo... reaccioné. -Extendió la mano, su mano flotando inciertamen
entía? ¿Después de todo este tiempo? ¿Después de dest
z apenas audible-. No fin
iblemente, sus
solo que... te volviste tan diferente después de
a una niña a la que le habían destrozado el mundo, y todo lo que quería era que alguien me viera, que me amara. Su amo
se profundamente en mis huesos. No quería sus disculpas. No q
voz más suave ahora, casi suplicante-. Du
último año entrando y saliendo de clínicas, sometiéndome a tratamientos brutales que me dejaban débil y con náuseas? ¿Que hab
ma, post-abandono, post-diagnosticada con depresión severa. Y luego el cáncer. Una invasión lenta y agonizante que comenzó sutilmente, y luego rugió a l
imas personas a las que recurriría en busca de consuelo. Y además, ¿cuál era el punto? El resultado era inevitable. Me estaba muriendo. Probablemente ni siq
ar de nuevo, pero una voz agu
una delicada bata de seda aferrada a su esbelta figura. Sus ojos, sin embargo, no eran de
e su brazo por el de él, sus ojos fijos e
na pausa, su mirada recorriéndome, una mueca de desprecio jugando en sus labios-
mirada, si
ar daño, Gabriela. Estoy
par en par, una exhibici
al último jirón de tu reputación. Porque te aseguro que eso se fue hace mucho tiempo. -Su voz goteaba condescendencia
i vida era demasiado corta para tales trivialidades. El cáncer me había purgado de todas esas necesidades desesperadas e inf
. Dejé de querer eso hace mucho tiempo. Lo que quiero es el
ello de genuino shock en sus ojos. No se esperaba eso. Había esperado
sa despectiva
eron que era un símbolo de mi lugar en esta familia. Un símbolo de cuánto me aman. -Levantó su mano iz
s, una simple banda de plata con un pequeño zafiro. Hacía mucho que se había ido, por supu
es tener a Corey. O a esta familia. O cualquier otra cosa. Todo lo que una vez fue tuyo, Blake, es mío ahora.
, y luego a Corey, que estaba a su lado, su rostro pálido y conflictiv
o cansada para luchar. Demasiado cansada incluso para que me importara. Mi mundo se estaba encogiendo, día a día, hor

GOOGLE PLAY