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a de gemelos de mi prometido, Alejandro Stephenson. Pero él, en
n? Su exnovia, Ana
car una disculpa para Anahí por causarle "tanto drama". Incluso usó mi celular para coquetear con ella, p
ovocando que me cayera y sufriera una conmoción cerebral. Más tarde, los encon
con una sonrisa esperanzada-. ¿Para
completo desconocido. Esta vez, no habría lágrimas ni segundas oportunidades. Tomé el acuerdo prenupcial que firm
ítu
a brutalmente con el latido frenético de mi corazón. Cada tic-tac del reloj se sentía como un martillazo contr
confianza que siempre hacía que todos voltearan a verlo. Sus ojos, normalmente agudos y enfocad
reía que era un gesto tranquilizador. Se acercó,
dijo, su voz un murmullo profundo-. El
el. Una ola de frío me recorrió. Me aparté, casi im
mano suspendida en el
. La preocupación en su tono se
en la tenue marca rojiza justo debajo de su mandíbula. Era pequeña, casi oculta por el
hupe
da. Mi silencio pesaba en el aire entr
ta, dejando caer la
demasiado casual-. El doctor dijo que era po
barazo, nuestro embarazo, apenas dos días atrás. El embarazo de
labras se sentían extrañas y ásperas en
e de nuevo, esta ve
. Dada tu condición, era la opción más segura.
Había visto el informe. Los embriones estaban sanos. Estaban sanos. No lo hab
er, de gritar. Pero me quedé ahí, quieta, dejando que sus dedos se cla
e esto por mi salud? -Mi voz
ió el
tás molesta. Anahí me contactó. Vio esas historias circulando en redes. Está realmente angustiada por todo el dra
Siempre
la palabra sabía a
a deslizando el de
nas siguen hablando. Es muy injusto para Anahí. Ha pasado por mucho. -Levantó la vista, s
a aplicación de
icar una disculpa, aclarar las cosas. Dile a la
luz. Su rostro ya estaba compuesto en una expresión compr
, mi cuerpo se negaba a cooperar. M
iencia visiblem
stamos unidos. -Ajustó el ángulo de nuevo, tratando de que yo
la vista previa. Él sonreía ampliamente, pero mi rostro estaba medio oculto, una prese
magen, lu
ue necesitábamos. Publica esto con un pie de foto. Algo cálido, pidiend
tó la res
ra una barra de acero e
pad
quieres d
ello de algo, tal vez ira, tal vez desconcierto, cruzó s
almente si me involucraban a mí. "No es profesional, Clarisa", siempre decía. "Mantengamos nuest
. Siempre se trató de Anahí. Mi corazón se retor

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