a la cabaña independiente en el borde de la extensa propiedad de Alejandro. La cerradur
anunció una voz f
Ya había cambiado los códi
o llevaba el dije de zafiro, sino una bata de seda, una de las mías. La de color rosa pálido que amaba. Se aferraba a s
e dejó afuera? A veces puede ser tan dramático. No te preocupes, te
acogedor refugio para visitantes, había sido transformada. Mis libros, mi arte, mis toques personales, desaparecidos. Los llamativos y chillones cojin
educida a un montón indigno. Sobre ellas, en un estante blanco impecable, estaban los productos para el cuidad
mpió mis pensamientos. "¿
hombro. Se pasó una mano por el cabello húmedo. Sus ojos, cuando se posaron en mí, est
su pecho. "Ay, Ale, Elena está... está molesta. Vio mi bata nueva, y creo que la rec
acia mí. "Elena, esto es ridículo. Estás haciendo una escena. ¿No puedes simplemen
sa de huéspedes, usado como bodega. Un lugar en el que no había puesto
a satisfacción de verme quebrarme. Enfrenté su fría mirada directamente. "P
rado una discusión, lágrimas, una pelea. Mi respuesta tranquila pareció de
tés bien económicamente. Un acuerdo generoso. No tendrás que preocuparte por nada". Hizo un gesto v
bían a ceniza. El legado de mi padr
ose, con un temblor desconocido. "¿Crees que puedes comprar el perdón por la
"No metas a tu padre en esto,
l iluminada escalera que bajaba al sótano. No les dediqué otra mirada. Sus rostros sorprend
a y sucia. Muebles viejos cubiertos con sábanas blancas, cajas olvidadas. Mis ojos escanearon las sombras, buscando. Lo recordaba.
ecretos más profundos, mi Elenita", había dicho, sus ojos brillando. "Solo tú sabes la co
ial, frío bajo mi tacto. Los números, grabados para siempre en mi memoria. La fecha de nacimiento de m
olo una gruesa pila de documentos amarillentos, atados con una cinta descolorid
grafía de mi padre llenaba los márgenes. Mientras leía, una verdad fría y dura comenzó a cristalizarse dentro de mí
un visionario tecnológico. Había orquestado la caída del imperio de David Rivas. Había utilizado al ejecutivo de confianza de mi padre, el padre de Brenda, para obtener
íbora. Había usado mi dolor, mi confianza, para construir su propio imperio sobre las cenizas del de mi padre. Cada pa
que hubiera sentido. No era solo traición. Era profanación. No solo robó mi amor; robó a
amar mi vida. Se trataba de der

GOOGLE PLAY