ista de So
ativos. Se suponía que debía estar disfrutándola, pero me sentía como un fantasma, flotando a través de las conversaciones, distante
na voz cortó
So
diferente, más definido, más seguro. Había dejado el trabajo administrativo en la universidad hace un
atrayendo la atención de los que nos rodeaban-. Sofía, yo... estoy e
n silencio, todos los ojos puestos en mí. La verg
me. Era Damián, su rostro una nube de tormenta. Me arrastró a través de
o vacío-. ¿Qué demonios fue eso, Sofía? ¿Estás
zo pal
... expresando
incredulidad-. ¿Y tú te quedaste ahí parada? ¿No lo c
La hipocresía era un sabor amargo en mi boca. Mi propia humill
serio, Damián? ¿Después de tu pequeño numerito con Brenda en la reunión? ¿Después de la crema de cacahu
ente hacia él. Sus labios se estrellaron contra los míos, un beso desesperado y furioso. Sabía a vino barato y a algo m
erzas. Mis manos encontraron apoyo
LA
ardía la palma de la mano, pero la sati
habían raspado. Lo toqué, luego miré la
o con una mezcla de rabia y alivio-. Ter
boca para hablar, pero no salieron palabras. Luego, con un rugido de pura fru
luso comenzó a reconocerme públicamente como su pareja, tomándome de la mano, presentándome a colegas de los que una vez me había mantenido oculta. Cambió la contraseña de su teléfono
sividad. No me había querido hasta que alguien más lo hizo. Vi a través de todo. No estaba tratando d
on melancólicas. Publicaciones crípticas sobre desamor e injusticia reemplazaron sus habituales actual
ome fuera de mi oficina. Tenía los oj
u voz cruda-. Me dijo que nunca se casar
angre. El desca
orriendo por su rostro-. Dijo que se sentía atrapado.
as invadiéndome. Quería gritar, llo
enece a nadie. Y ciertamente no te ama. Si lo hiciera, no estarías
de par en par, su bra
está
arreglar las cosas" conmigo, porque eso es lo que hace. Usa a la gente. Me usó a mí por esta
o se des
! ¡Él me ama! ¡Me
a-. ¿Un futuro donde olvida tu existencia cuando le conviene? ¿Un futuro donde te
ro contorsionado en una me
ganado? ¡No has ganado nada! -Giró sobre sus talo
. Los boletos de avión a Europa ya estaban comprados. Había fijado la fe
e, Damiá
ngo una sorpresa para ti. Una sorpres
nte que decirte, Damián -dije,
entre d
Pero mi sorpresa es mejor. Te v
especial, una de sus favoritas, una que solía hacerle en c
ego las nueve. Luego las diez. Mi
na. Emergencia de trabajo. Acabo de terminar una reunión. Llego
nrojados, los ojos brillantes, acurrucados íntimamente en la cama. Su mano, inconfundible, estaba envuelta posesivamente alreded
anos. Cayó con estrépito sobre la mesa pulida, la image
e proyecto es una pesadilla. Te extraño. No puedo esperar a ver tu hermoso rostro
de Brenda. *Ahora es todo mío, So
o enfriándose a mi alrededor. El aniversario, la sorpres
Mi maleta, hecha y lista, estab
s. Una foto de dos copas de champaña chocando, con el pie de foto
casa, amor. No puedo esperar a
a foto de las copas de c
velas parpadeantes proyectando largas sombras. Era un monu
taxi que esperaba. Mientras el coche se alejaba, sentí una extraña sensació

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