ió finalmente de la pris
cortas las visitas. Quería p
de golpe detrás de ella, separando
rarla no estaba allí. A medida que la noche se volvía
Era prácticamente imposible tomar un taxi en ese lugar. Para colmo, cuan
rse últimamente con muchas situaciones incómodas y embarazosas. Mientras seguía pensando q
apó los ojos con la mano. No obstante, intentó ver
o se detuvo no muy lejos. Luego se bajó de él
tiempo sin verte", d
rca pudo confirmar que efectivamente se trataba de Austin Yu
acuerdas d
Me enteré de que estabas estudiando fuera del país y que no querías volver aquí po
ra relajada después de haberse en
e aprendido muchas cosas para servir a mi pa
un mes para terminar tu cur
tes", le explicó él antes de preguntarle:
r a mi padre",
cuchó las noticias sobre el padre de Rose. Por un momento no supo qué de
o él era pequeño y fue enterrada en
comentó Rose, quien se sintió aliviada de que su viejo amigo hub
ora conducía atentamente a su lado. En ese momento se percató de que su amigo se había convertido en una persona más sobresaliente de lo que había imaginado
nado de haberme encontrado co
venido, probablemente pasaría la noche en la carretera", respondi
"No has cambiado nada. Sigues estando tan linda como siempre". Luego
parecía inapropiado. Sin embargo
inatural en el rostro de su vieja amiga y fue
equeña compañera de escuela que solía depende
dentro del a
u vergüenza, miró hacia abajo y trató de recomponerse. Cuando lo consigui
s de continuar: "Tenías unos mofletes enormes y te veías muy linda cuan
maban y la cuidaban, así que no sabía lo que era pasar por dificultades. Lo único de lo que tenía que preocuparse era de pedir el desa
sos. Él se molestó tanto contigo que llamó a tus padres para que vinieran. Y tu madre fue tan protectora que le suplicó también al profesor". El hombre e
al percatarse de que había metido la pata nu
dimiento al recordar que la madre
a sonrisa. "Ha pasado más de un año desde que fa
se paró frente al pati
ntras miraba afuera. Luego agreg
así. Tienes que soportar todo el dolor tú sola y no hay na
ué decir. Finalmente, se desabrochó el cinturón
él de repente, agarrando la mano de ella q
ego bajó la cabeza y retorció el dobladillo de su vestido. Decir la verdad
ada vez que mientes, dobl
, ella se que
con amargura: "Creo que
es demasiado tarde par