img Las Reglas Del Abuelo  /  Capítulo 2 Monaco, República Francesa | 5.88%
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Historia

CapĂ­tulo 2 Monaco, RepĂşblica Francesa

Palabras:3190    |    Actualizado en: 23/06/2021

mayo d

o, Fr

iro el cielo azul veraniego del mediterráneo. Suspiró con satisfacción. Estoy harag

este y como me harte de escuchar You Found Me de The Fray, la cambio y sale la canciĂłn I Just Wanna'Be Free, Man de The Hadcuffs. Sonr

usurra Daniel quitándo

está sin camisa y puedo admirar su tonificado fuerte tórax. Resoplo y me quito uno de los largos mechones de mi oscuro cabello, se

ado.―me siento y le doy un m

risa de su cara.―no puedes estar tanto tiempo bajo este

me desabrocho la parte superior del traje de baño.―pues pon

uertes y flexibles me cubre la espalda de sunblock dándome un masaje de paso en los hombros. Definiti

itante voz masculina levantĂł la cabeza pero lo sufic

a gotas de agua. Mire su abdomen bien marcado debido su dedicaciĂłn los deporte. Kyle tenĂ­a un cuerpo espectacul

standome en la tumbona.―Daniel solo me

pio de Kyle.―mientras te devora el culo con la mi

jando de darme el masaje y empuja muy bravucĂłn

abrupto, siempre lo mismo con el.―Kyle solo es

te nunca va aceptar que se hace una todas las noches a tu

mo un mismo saco de arena. Las personas a nuestro alrededor comienza prestar atención a la discusión y más ahora que hay pleito. Ruedo los ojos y

endejo, Kyle.―le gr

con sus comentarios fueras de lugar. Y Daniel es un "macho troglodita" de eso que necesita demostrar todo el tiempo que Ă©l es "el hombre

s como esa y te parto la car

miró en dirección a la piscina para contemplar al idiota de mi mejor amigo.―deja de decir est

eber algo que me baje el coraje que ese par de idiotas me provocan. ¡Uff! pero esto me pasa por

taño claro puede pasar por rubio oscuro además es rizado y tiene un bronceado perfecto. Lleva pue

me recorre el cuerpo con la mirada. Sus ojos se detiene momentáneamente en mis

ux myrtilles.―le pido c

aro, en la mañana me levanté muy temprano con el corazón agitado y sudando. No sabia porque no había tenido pesadillas ni había pasado mala noche. No se que

a jeune femme.―me entrega el gua

bor a vodka Smirnoff arándanos―Laissez le compte aller à la

ón al interior de la habitación. Será mejor que vaya a buscar a Giselle para que levante su flojo trasero de la cama. Seguramen

s padres. Mi madre tenĂ­a ascendencia egipcia y mi padre canadiense. Camino hacia el ascensor y esperĂł tranquila a que las puertas de este se

to en los hombres y eso se que me da cierto poder. Pero no por eso soy una promiscua. Si alguien supiera que a esta altura d

ellos todos se quedan viendo embobados. Como ninguno de ellos me responde yo

odos entre las edades de veinticinco en adelante. El hombre parece más mayor parece estar a finales de sus veinte como máximo de cuerpo delgado y bien fornido. Sus cabellos corto está algo despein

erfeccion en mi cuerpo. La mancha color mostaza con

pues no me afecta para nada las mirad

y básico. Lo miro y me sonríe, y sé exactamente que pasa a través de su mente, conside

el anillo de

e seguramente no a comprendido lo que he dicho, el ascensor se detien

tra seguramente roncando Giselle. Y efectivamente encuentro a mi amiga entre un reguero de sábanas, su largo cabello dorado alborotado y la boca abierta poco le falta para roncar. Ruedo los ojos

Cuando se le pasa el ataque de tos me fulmina con la mirada y m

mano en el pecho y los ojos ligeramente enroje

lojo trasero de la cama hace un dĂ­a precioso y Kyle me dijo ayer que s

****

na modelo de Vogue vestida. Llevaba puesto unos pantalones azules, una blusa blanca que hace que los pantalones resalte, u

ente sexy.―me reprende Gis

que por obligaciĂłn impedĂ­an usar pantis y seguramente Daniel le darĂ­a uno de sus ataques de histeria y Kyle se burlarĂ­a de Ă©l. Mi maquillaj

w tremendo por esa ropa.―

quila.―el no es mi padre, no es mi hermano, no es mi pariente

da entrado a mi celular. Pongo los ojos enblanco e ignorĂł la llamada ya me

regunta Giselle mientras se

co sobre mi cabello para que no se me mueva un solo pelo.

abuelo?―me pregunt

no hablamos desde la Ăşltima vez que estuve en la mansiĂłn. Desde que me amenazo d

ash Bl

blanco durante la cena y cuatro de champán, después de un daiquiri de fresa y cinco de Frascati en el al

senta y nueve años de edad. Cuyo cabellera que alguna vez debió ser rubia ahora era blanca, abundante, b

reproche.―con una sucesión interminable de fiestas alocadas y rom

o.―le respondo a la defensiva

su escritorio con el puño cerrado―no puedes continuar si

yo haga.―me levanto del asiento

ruedo los ojos.―Me importa mucho que arruines

icas amistades esnob que nacieron una cuchara de plata metida en el culo igual que tu? Teme acaso que se den cuenta como es tu mundo en reali

¿donde esta la niña dulce que yo adoraba y le comprab

ar mis uñas en las palmas de mi manos esta hacerme daño. Miró con despr

iendo una señal de advertencia.―Si no cambias tu f

sh Pres

y yo. Nunca le perdonaría que por su culpa mi madre me hubiera hecho la vida miserable durante casi siete años. Él tení

o soy,

lido Remington. Porque es lo menos que el señor Remington se

mpre de mediadora. Al escucharla la fulmino con la mirada.―Yo lo digo porque vaya

echo.―¿Que podría hacerme George Remington que no haya ello

heredar.―d

razón. ¿Desheredada? ¿Yo, desheredad? No podía imaginar algo más absurdo que eso. El no podía d

nal de toda la vida que sospecho que a sido no sus asisten en la oficina

fortuna a Martha?―hago una mueca tratando de hacer una sonrisa.―Por favor, Giselle nadie paga tanto po

empleada fiel de tu

puede atenderlo en la cama. Siempre y cuando teng

si se interesĂł por Martha no tendrĂ­a porque cuestionarlo. Pero ellos p

mínimo.¡A mi que me interesaba era mi herencia! El pago por todo el daño que me hizo al separarme de mi madre de aquella

zĂłn por la q

udo hacerle un niña. ¡Solo me había dado migajas para mantener callada! George Remington se ha pasado la mayor parte de su vida ignor

molesta ya.―Yo, lo unico que quiero es lo que me corresponde. ¡Y ya!―levantó la mano en alto sabiendo

y yo deje que el teléfono continuará sonando. Sabia que mas temprano que tarde tendría que regresar a la mansió

o primero que harĂ­a antes de romper ese testamento serĂ­a declararlo ment

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Contenido

Capítulo 1 Prefacio Capítulo 2 Monaco, República Francesa Capítulo 3 Una Noche de: copas, discusiones & aclaraciones crueles Capítulo 4 Y se supone que las cancelación de las tarjetas de crédito era la mala noticia Capítulo 5 El pequeño monstruo viene de camino Capítulo 6 Huracán Valerie
CapĂ­tulo 7 Como alguien tan molesto puede ser tan hermoso.
CapĂ­tulo 8 Los acuerdos para el velorio.
CapĂ­tulo 9 Una audaz elecciĂłn
CapĂ­tulo 10 Bien dice que cuando llaman al diablo este aparece.
Capítulo 11 Siete años de mala suerte serían mejor que verla.
CapĂ­tulo 12 Sentimientos encontrados y noticias inesperadas.
CapĂ­tulo 13 El Testamento
CapĂ­tulo 14 Las Clausuras del Testamento
CapĂ­tulo 15 Acuerdo Matrimonial
CapĂ­tulo 16 Tengo la cabeza hecha un ocho.
Capítulo 17 Ya la decisión está tomada.
Capítulo 18 Las cosas más inesperadas e inexplicable me acaba de pasar.
CapĂ­tulo 19 El premio Oscar de Valerie Remington
CapĂ­tulo 20 Ponerlos de acuerdo en falsa
CapĂ­tulo 21 Trato sellado con un pinky promise
Capítulo 22 El acuerdo está hecho. Y un derrumbe momentáneo
CapĂ­tulo 23 Las verdades salen a la luz, cuando uno escucha tras la puerta.
CapĂ­tulo 24 Algo inesperado sucede
CapĂ­tulo 25 Cuando las cosas mas inesperadas suceden
CapĂ­tulo 26 Los Novenarios
Capítulo 27 Momento en el árbol
CapĂ­tulo 28 Momentos de amistad.
Capítulo 29 Más confianza entre nosotros.
CapĂ­tulo 30 Un voto de confianza. Un voto decisivo
Capítulo 31 ¿Qué es lo que quieres, mi cabeza o mi corazón ¿Acaso no valgo nada para tí
CapĂ­tulo 32 Los tratos se hacen de Igual a Igual.
CapĂ­tulo 33 No tienes que estar, de acuerdo.
CapĂ­tulo 34 Las decepciones son a veces suficientes
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