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La última voluntad de su abuelo es una noticia inesperada para ella. Y más al comprender que para poder continuar llevando la vida llena de lujos y comodidad debe casarse con un hombre que este ha elegido sin consultarle que no conoce. ¡Un desconocido! ¿Acaso es 1800? Él es un hombre serio ante los demás, jamás espero esa decisión de parte de su padrino y mentor. Jamás espero que le regalara casi toda su fortuna y de paso que le dejara además una malcriada como prometida. La vida de dos personas muy diferentes está apunto de cambiar. Ambos tienen un interés en común. ¡La Herencia! pero para obtener lo que desean deberán cumplir con las reglas del abuelo Remington.
Todo lo que es duradero es lento de crear
-Louis de Bonald
Mientras más miraba el reflejo de la mujer parecida a mí, vestida de novia sobre un banco mientras la modista le tomaba las últimas medidas al vestido más rabia sentía. En definitivas cuentas yo no solo era la burla de Dios sino toda su rutina de comedia. Y mi abuelo seguramente mientras está cómodamente en su nube o desde el mismo infierno debe estar retorciéndose de risa porque su última voluntad será acatada. ¡Agg! que rabia sentía.
Que lo que tenía ganas era de quitarme el voluminoso y pesado vestido. Quitarle a la costurera sus tijeras y hacerlo pedazo, picadillo aquí mismo sin importarme un comino que el vestido haya sido de mi difunta abuela que en paz descanse y que Vivienne Westwood, lo estuviera modernizando para mí, exclusivamente.
¡Si, si, si! Era precioso y podría hacerle a cualquier mujer derramar una lágrima de boda. Una lágrima de anhelo. Pero para mí no pasaba de ser un mugroso trapo el cual quería quitarme desesperadamente porque me daba comezón y me dificulta respirar. ¡Me falta el aire!
―Ya cambia esa cara, Val.―sale del vestidor Giselle con su vestido de dama de honor largo color rosa blush con escote asimétrico anudado a un hombro.―Tu solita te buscaste este problema.―me saca en cara con su semblante de reproche y yo ruedo los ojos.
―Giselle.―masculló apretando los puños a mi lados.―deja de recordarme lo que yo ya se.―comienzo a rascarme el cuello pues tengo comezón.―Y mejor ayudarme a quitarme esta cosa que no puedo respirar.
El aire no parece ser capaz de llegar a mis pulmones y siento mucha comezón. Siento palpitaciones, un golpeteo fuerte en el corazón que me retumba en los oídos. Me sudan las manos, me tiemblan las piernas a medida que pasó el tiempo contemplando mi reflejo usando este vestido de novia.
―Yo te lo advertí.―me regaña nuevamente mi amiga.―Te dije que si seguía llevando ese mismo tren de vida tu abuelo te iba a desheredar. Y eso fue lo que hizo, bien dice mi madre: en guerra avisado se prevén muertes.―me apunta con el dedo y luego cruza los brazos sobre su pecho.
Alexander R. Harrison Wright es un hombre guapo, rico, dueño de un gran imperio que esta condenado a muerte por una enfermeda incurable. Al darse cuenta de lo vacía que es su vida y como la a desperdicia en frivolidades, decide aprovecha su último año de vida cambiando todo incluso su manera de ser. Sorprendiendo al mundo y a si mismo cuando decide casarse con un bella joven pero de humilde origen que está embarazada de otro hombre. **** **** **** Kimberly Jones es una hermosa, dulce y tierna joven de veintidós años que trabaja como recepcionista y en ocasiones masajista en el HMH "Harrison Magnus Hotel". Su vida da un giro de más doscientos mil grados, cuando descubre que está embarazada de su ex-novio el cual la abandonó por una "fea adinerada" ósea una niña rica, mimada. Sin saber que hacer con su vida ni que hacer con el bebe que está esperando. Cae en la desperacio y en un momento de debilidad le cuenta sus penas a un completo extraño que le hace una propuesta muy peculiar. Casarse con ella y reconocer al bebe que ella espera. ¿A cambio de que? Según el extraño de absolutamente ¡Nada!
Dos hermanas que no se han dirigido la palabra en más de seis años. Se reencuentra solo para darse cuenta que sus vidas se están desmoronando al mismo tiempo. Genevieve huye de un ex novio violento y Julianne está atrapada en un matrimonio sin amor pero con una ventajosa posición social y económica. Ambas hermanas desean escapar de sus realidad y es cuando a Julianne se ocurre una idea que cambiará la vida de ambas para siempre Solo sería por un mes. Un intercambio de lugares. Julianne podría irse a divertirse con su amante utilizando la identidad de Genevieve, mientras su hermana se quedaba ocupando su lugar y así podría estar protegida de su ex novio. Era un intercambio muy sencillo y por un breve periodo de tiempo. Nada debía salir mal. Nadie lo sabria. Pero nada en esta vida es simple. Y siempre algo puede llegar a salir mal.
Hace cinco años, la familia Powell quebró. Madeline Powell dio a luz a gemelos; dejó uno con el padre del niño y se llevó al otro. Años espués, Madeline regresó como líder de Internet de opinión. Sin embargo, alguien se enteró de su regreso. El hombre la pellizcó por la barbilla y se burló fríamente: "Has publicado muchos videos en Internet, ¿qué tal filmamos algo picante juntos?". Los ojos de Madeline se abrieron y su garganta se secó. Al día siguiente, vio a un niño pequeño que se parecía exactamente a su hijo en la casa del hombre. Madeline no pudo evitar besar la mejilla regordeta del pequeñito. Sorprendentemente, el niño no estaba contento. Puso una cara solemne y preguntó: "¿Qué estás haciendo?". Madeline estaba furiosa. ¿Cómo pudo ese hombre haber hecho que su hijo fuera tan desagradable como él?
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Mateo Lester, un magnate de 47 años, es un hombre implacable en los negocios y exigente en su entorno. Durante un viaje a Brasil, vive un efímero romance con una mujer. Josabet, una joven aeromoza de 30 años. se traslada a Nueva York al ser contratada por una empresa para un puesto en las aerolíneas de la empresa Lester. Cuando Josabet es presentada ante Mateo como la nueva aeromoza de su jet privado. Ambos se reconocen de inmediato, pero Josabet fingir no hacerlo y todo por un secreto que oculta. Todo cambia en la celebración del aniversario de la empresa, donde Josabet decide llevar a su hijo, dispuesta a enfrentar las consecuencias. La abuela de Mateo, al verlo, queda impactada por su increíble parecido con los difuntos padres de Mateo. La duda queda sembrada y, a partir de ese momento, Mateo comienza a investigar el pasado de Josabet, descubriendo secretos que podrían cambiar su vida para siempre. Sin embargo, una amenaza inesperada surge cuando Natalie, la exnovia de Mateo, una mujer manipuladora y obsesionada con él, descubre la existencia de josabet y su hijo. Consumida por los celos, decide hacerles la vida imposible, dispuesta a cualquier cosa para sacarlos de su camino.
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Después de tres años de matrimonio sin amor, la traición de Neil hirió profundamente a Katelyn. Ella no perdió tiempo y rápidamente se deshizo de ese canalla. Tras el divorcio, se dedicó a su carrera profesional. Alcanzó la fama como diseñadora, doctora y hacker brillante, y se convirtió en un icono venerado. Neil, consciente de su grave error, intentó en vano reconquistarla, solo para presenciar su magnífica boda con otro. Mientras sus votos se retransmitían en la mayor valla publicitaria del mundo, Vincent deslizó un anillo en el dedo de Katelyn y declaró: "Katelyn es ahora mi esposa, un tesoro de valor incalculable. Que todos los que la codicien tengan cuidado".
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.