matarla, al percatarse de eso, ella no se atrevió a seguir viéndolo a los ojos. Entonces, el hom
me duelen un poco las manos, eso es todo. Permítame ofrecerle una disculpa", le respondió Wanda. Una ve
cuchaba serio. Wanda comenzó a temblar ante el sonido de su voz, tenía mucho
eñor, pero no
oportar la frialdad con la que la trataba; para esto, se fue al asiento más alejado de él y se sentó. Quincy no quiso decir nada al respecto, pues
ncy le preguntó, ella le respondió por instinto, pues estaba muy nerviosa. Había estado trabajando muy duro los últimos días.
rel
a abrir la botella y luego se v
ndo aquí por algún tiempo y ni siquiera tienes los conoci
y se dispuso a servirl
l dorso de la mano del hombre; tenía varias heridas, ade
La chcia estaba tan impresionada que ni siquiera se dio cuenta de lo que estaba sucediendo hasta des
inmediato, comenzó a toser y sus ojos se le llenaron de lágrimas, entonces, se ap
s saber que en este lugar tienes que dejar de hacerte la digna, de lo contrario, to
u mirada hizo que Wanda se sintiera desnuda ante él. Él tenía razón, sin emb
or el alcohol. Después, se secó apresuradamente las lágrimas y agregó: "Si n
en aquel lugar parecía ser demasiado para ella. Sin duda, estaba al borde del colapso. Lo único que deseaba en esos momentos era salir corriendo de ahí. Su urgencia por escapar la agobiaba. A
aba, Quincy se desq
radio estaba sonando sin parar. Así que antes de salir, respiró hondo varias veces y se
aba mirando con una expresión por demás vulgar. 'En este lugar lleno de mujerzuelas, esta mujer parece un ángel bajado del cielo'. El hombre se la quedó viendo fasci
y la detuvo. Con un rápido movimiento, sacó un puño de dinero de su billetera y lo deslizó directamente hacia su
a, así que simplemente agachó la
llevar un poco de vino a la habitación 204 más tard
se dio la vuelta y
esbelta figura y sus piernas torneadas debajo de la falda. Sin duda estaba muy exc
tan generoso, así que sonrió amargamente contemplando el dinero en sus manos. Al parecer, podía ganarse tres mil dólares si dejaba a un lado su orgullo, de hecho, había la po
volteó a su alrededor con una mirada preocupante y le dijo en voz baja: "A ese hombre se le conoce muy bien por ser un pervertido. Es gordo y muy asqueroso. Es también muy engreído
mpo que nadie se preocupaba por ella. De modo que le sonrió, asintió con la
va del hombre recorría todo su cuerpo. "Oye, belleza, ven aq
ompañándote por mucho tiempo y no nos has dado ninguna propina c
o te puedes comparar con ella. S
ión, Wanda se acercó al tipo, le abrió la botella y cuando estab
sa. "Todo este dinero será tuyo si me complaces en todo lo que te pida esta noche". El rostro le temblaba al hablar por
r. Yo solo estoy aquí
a el perro. Yo puedo pagarte para que haga
salir de inmediato de la habitación, por lo que, se dispuso a servirle el vino. Sin em