irección al hombre alto de ca
a este lugar. Lo encontramos vagando en los campos cercanos a esta regi
s? -Sam se acercó
racias a Tritón. -Acarició la frente del caball
rás. -Sam comentó con
, los Jones lo declararon muerto y se quieren
do-. Hoy mismo emprendemos el viaje, entonces. M
pió en la conversación-. Los Jones y los Delton enviaron a sus hombres a sus tierras y parte d
espetó apretando los p
zada. -Samuel explicó con tristeza y rabia en su mirada. Arthur se quedó helado. Esa chica y él se criaron como hermanos, debido
n nunca la amó, entonces. Si la hubiese amado no
ese tipo de abuso la hacía sentir impotente. Ella más que nadie c
as amarillas, que caían de forma parecida a los copos de nieve en invierno, regalándoles un hermoso escenario con un delicioso aroma a flores
mi lado, nadie podrá dañarte, incluso puedes convertir tu habilidad en un negocio. Yo te pued
lacer conocerte, Arthur. Solo les pido que sean discretos al salir de aquí y que guarden este lugar como un secreto. -Sam pidió con tono
. Él cerró sus ojos y levantó la fina tela, entonces dejó un dulce y corto beso sobre sus labios. Ambos se abrazaron con fuerza y Sam se atrevió a acariciar ese he
ron de verlo, las lágrimas salieron con toda libertad. Apenas se había ido y ella ya sentía la soledad pe
.
días de
tumbrado a su compañía en ese mes. Lo extrañaba y su ausencia dejó un vacío en aquel lugar y en su corazón. ¿Por qué le
scribía. Anhelaba ser libre de su pasado y sus miedos, de salir adelante y conocer el amor. Sería muy triste que pasara el resto de su vida sola y sin conocer la
shb
ujer, pero para su padre, ella era su niña pequeña aún y, para Samay, él era su vida. Su madre había muerto al darla a luz y su padre quedó tan frustrado con su
. Ese chico de cabello castaño claro y ojos verdes la examinaba con gran int
e ti. -El chico dijo con una sonrisa en el rostro que para Sam era la más herm
perventilar. Su padre se la llevó a la c
nes que aceptar si no quieres, a mí me haría muy feliz verte casada
toy enamorada de él, pero creía que no era correspondida; padre, saber que él siente lo mismo por mí me llena de felicidad. -Dos lágrimas rodaro
el fl
re las sábanas y a veces sentía que él se encontraba allí y hasta le hacía preguntas o le comentaba algo