lló en su cuerpo, y su corazón latía tan fuerte que parecía como si estuviera a punto de detenerse o estallaría por completo, dejando como resultado enormes manchas de sangre qu
antar los párpados y tragar saliva. Se había acumulado t
ido que acompañaría este proceso, y con un rugido ensordecedor se reflej
, la boca todavía se sentía seca, como en el desierto, y el
mentos, en pequeñas partículas. ¡Le dolía increíblemente! Y quería beber cad
o los fragmentos de dolor, resonaban en la cabeza, se preci
. ¿Qué hacer? Comenzó a parecer como si los pensamientos comenzaran a reunirse gradualmente. Comenzaron a ensamblarse pequeñ