viosa, puesto que hoy voy a ser entrevistada para trabajar en la universidad de Oxford para ser maestra de literatura. Esto es algo por lo que he luchado toda mi vida. A pes
sala haciendo aeróbicos con un programa d
o café – dic
s necesarios colocados estratégicamente en una carpeta, junto a mi bolso, que funge de portafolio, digno de una maestra que carga a diarios ensayos para evaluar. Del armario, saco mi traj
Por eso, tan pronto terminé en la universidad, busqué un trabajo como maestra, y a la vez me inscribí en un post grado y aquí estoy hoy. Cuando han convocado para una vacante de mi área, no dudé ni
tiempo para prepararme, pero quiero estar a tiempo por si se presenta algún imprevisto,
mente, me visto y una vez estoy lista, me examino en el espejo asegurándome que me veo bien. Salgo de mi habitación a las nueve y cuarto. En
e se haga más tarde – le digo tomando mis lla
s a lograrlo! – me grita m
s que compañera de piso, se ha convertido en una muy buena amiga. El recinto donde he sido convocada queda a unos treinta min
acío temporalmente, hasta que el nuevo semestre inicie. Estar aquí me trae recuerdos de cuando era estudiant
el decano. En el escritorio de la entrada no hay nadie, por lo que tomo asiento en una de las butacas de la estancia externa. Es imposible dejar mi pierna tranquila, los nervios aumentan con el paso del tiempo. De
s Ámbar Shein, tengo una c
me informa levantándose de su asiento y guiándome hacia
ita Shein
a que me llevo me toma desapercibida, el Doctor Williams, resulto ser un hombre joven, atlético, de ojos verdes y cabello rubio. Parpadeo un par de
Por favor, tome asiento – me i
der, autoridad y me siento hipnotizada por sus ojos verdes. Obedezco y me siento delante de él. Le sonrío con cortesía, pero de sus labios no hay
que ha sido elegida dentro de los candi
oportunidad que se me brinda. Para mí sign
ncia laboral durante su vida como do
ños en el colegio San Thomas, otros tres años en el colegio secundario de Boston y finalmente, los últimos dos años he t
s de recomendaciones, es usted una maestra ejemp
or – le digo c
iteratura que esté disponible para el mes próximo y pueda rendir c
, apasionada de las letras y de la enseñanza. Por tal razó
stoy nerviosa, me acaricio el collar que llevo con una pequeña rosa como dige