Ámbar Shein es una maestra de literatura inglesa que siempre ha soñado con enseñar en la universidad de Oxford. Como su trabajo es estudiar a grandes autores literarios que fomentan el romance, ella anhela tener un amor como el de los libros que suele enseñar. Por su parte, Derek Williams es el decano de la universidad a la que Ámbar aspira entrar. Derek se encargará de seducir a Ámbar, pero Derek no quiere enamorarse. ¿Será la propuesta de Derek suficiente para Ámbar? - Siempre he soñado con un amor como el de los cuentos - dice Ámbar soñadora. - Yo puedo hacerte sentir cosas más deliciosas que el amor - responde Derek.
El sol de la mañana entra por la ventana, el nuevo día ha comenzado y me levanto antes de que suene la alarma. Hoy es un gran día para mí, estoy muy emocionada además de nerviosa, puesto que hoy voy a ser entrevistada para trabajar en la universidad de Oxford para ser maestra de literatura. Esto es algo por lo que he luchado toda mi vida. A pesar de tener veintisiete años, tengo todo lo requerido para el puesto, ya que, durante mi vida laboral, he logrado alcanzar la experiencia para poder aplicar a este trabajo.
Mi compañera de piso, Sandra, está en la sala haciendo aeróbicos con un programa de televisión y me saluda con voz jadeante:
–He preparado café – dice sin aliento.
Le agradezco y voy a la cocina por una taza para recargar energías. Regreso a mi habitación para prepararme. Anoche me encargué de todos los detalles. En mi escritorio tengo los documentos necesarios colocados estratégicamente en una carpeta, junto a mi bolso, que funge de portafolio, digno de una maestra que carga a diarios ensayos para evaluar. Del armario, saco mi traje de falda y chaqueta gris oscuro, que he decido combinar con una blusa de seda blanca, junto a mis tacones negros. Al atuendo añado unos pendientes pequeños y un collar también sencillo.
Nunca creí que llegaría este momento. Enseñar ha sido mi sueño desde que era una niña, y cuando crecí, enseñar en la universidad que fue mi alma máter, se convirtió en el logro de mi vida adulta. Por eso, tan pronto terminé en la universidad, busqué un trabajo como maestra, y a la vez me inscribí en un post grado y aquí estoy hoy. Cuando han convocado para una vacante de mi área, no dudé ni un segundo en aplicar. El hecho de que me llamara la asistente del decano de la facultad de humanidades, me ha emocionado sobremanera, así que debo verlo hoy, a las diez de la mañana en su oficina.
En el reloj de mi mesa de noche marcan las siete cincuenta de la mañana, aún tengo mucho tiempo para prepararme, pero quiero estar a tiempo por si se presenta algún imprevisto, no llegar tarde. Ese sería el colmo, perder la oportunidad por no presentarme a tiempo.
Voy al baño, me lavo el pelo, me ducho y una vez estoy fuera, lo seco a consciencia para quedar lo más estilizada posible. Me maquillo suavemente, me visto y una vez estoy lista, me examino en el espejo asegurándome que me veo bien. Salgo de mi habitación a las nueve y cuarto. En la cocina veo que Sandra está preparando huevos revueltos. Me ofrece por educación, porque sabe que no me gusta comer cuando estoy nerviosa.
- No, gracias. Mejor me voy ahora antes de que se haga más tarde – le digo tomando mis llaves de la mesa, con mi bolso/maletín en mano.
- Buena suerte, Ámbar. ¡Vas a lograrlo! – me grita mientras yo salgo de casa.
Sandra ha vivido conmigo desde que inicié la carrera de educación, con tan solo diecisiete años, hoy, diez años más tarde, más que compañera de piso, se ha convertido en una muy buena amiga. El recinto donde he sido convocada queda a unos treinta minutos de mi apartamento, contando con cualquier imprevisto en el tráfico. Por eso, voy con tiempo suficiente para no demorarme.
Llego al campus y me dirijo a las oficinas administrativas. El verano casi termina, así que el campus está vacío temporalmente, hasta que el nuevo semestre inicie. Estar aquí me trae recuerdos de cuando era estudiante y me emociona saber que quizás yo pueda compartir todo lo que aprendí en esas aulas con los nuevos alumnos.
Una vez llego a recepción, una señora con grandes anteojos y rictus serio me saluda, seguido de indicarme dónde debo dirigirme. Aún faltan quince minutos para las diez, así que me dirijo despacio hacia la oficina del decano. En el escritorio de la entrada no hay nadie, por lo que tomo asiento en una de las butacas de la estancia externa. Es imposible dejar mi pierna tranquila, los nervios aumentan con el paso del tiempo. De la oficina sale una joven que parece ser secretaria, con varias carpetas en sus brazos, debe de rondar por los cuarenta. No se ha percatado de mi presencia y espero que esté sentada en su escritorio para abordarla:
- Buenos días, mi nombre es Ámbar Shein, tengo una cita con el doctor Williams.
- Por supuesto, el señor Williams puede recibirla ahora – me informa levantándose de su asiento y guiándome hacia la oficina. Toca la puerta suavemente, entra y me anuncia:
- La señorita Shein está aquí.
Me indica que pase y cuando estoy dentro, contemplo la estancia, rodeada de libros, esperando encontrarme con un anciano panzón y calvo. La sorpresa que me llevo me toma desapercibida, el Doctor Williams, resulto ser un hombre joven, atlético, de ojos verdes y cabello rubio. Parpadeo un par de veces para recuperarme de la sorpresa, lo que hace que mis nervios aumenten aún más, si es posible. No puedo evitar fijarme en lo bueno que está.
- Señorita Shein, bienvenida. Por favor, tome asiento – me indica con voz grave y varonil.
Está sentado en una silla de cuero oscuro. Viste un traje negro con una camisa azul claro, junto a una hermosa corbata gris. Todo en él emana poder, autoridad y me siento hipnotizada por sus ojos verdes. Obedezco y me siento delante de él. Le sonrío con cortesía, pero de sus labios no hay respuesta. Qué extraño, generalmente por cortesía la gente devuelve la sonrisa. Dejo de sonreír y espero en silencio a que él tome la iniciativa.
- Como sabrá, usted ha sido llamada porque ha sido elegida dentro de los candidatos al puesto de docente de literatura.
- Sí, estoy muy honrada y agradecida por la oportunidad que se me brinda. Para mí significa mucho – trato de ser educada y sincera.
- Cuénteme, ¿Cómo ha sido su experiencia laboral durante su vida como docente? – inquiere viéndome fijamente.
- Bueno, cuando me gradué de la universidad, trabajé en varios lugares como podrá ver en mi hoja de vida. Estuve tres años en el colegio San Thomas, otros tres años en el colegio secundario de Boston y finalmente, los últimos dos años he trabajado para el colegio católico Buenaventura. Además de maestra he sido coordinadora académica en dos de esos centros.
- Vaya, eso es asombroso. De acuerdo a sus cartas de recomendaciones, es usted una maestra ejemplar. Eso dicen tanto estudiantes como superiores.
- Gracias, señor – le digo con sinceridad.
- Perfecto. Como sabrá usted, esta vacante es para un maestro de literatura que esté disponible para el mes próximo y pueda rendir con los requerimientos de lugar. ¿Cree usted que cuenta con ellos?
- Creo que sí, señor Williams. Soy una persona responsable, apasionada de las letras y de la enseñanza. Por tal razón, creo que puedo formar parte de esta prestigiosa escuela.
Se me queda viendo, porque inconscientemente, como cada vez que pasa cuando estoy nerviosa, me acaricio el collar que llevo con una pequeña rosa como dige. Él está absorto viendo mi mano tocar mi cuello, pero se recupera rápidamente.
Eveline se casó con Shane, un obstetra, a la edad de 24 años. Dos años más tarde, cuando estaba embarazada de cinco meses, Shane abortó al bebé él mismo y procedió a divorciarse de ella. Fue durante estos tiempos oscuros que Eveline conoció a Derek. Él la trató con ternura y le dio el calor que nunca antes había sentido ella. También le causó el mayor dolor que jamás había tenido que soportar. Eveline solo se hizo más fuerte después de todo lo que experimentó, pero ¿podría soportar la verdad cuando finalmente se revelara? ¿Quién era Derek detrás de su carismática fachada? ¿Y qué haría Eveline una vez que descubriera la respuesta?
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Stella Richard se casó con Rene Kingston en lugar de su hermana Sophia por algunas razones. Pero desde el principio, ella sabe que su matrimonio era solo un contrato por tiempo límite y una vez que se cumplió el tiempo, ella tenía que irse. Para RK, este matrimonio fue solo una carga, pero para ella fue un regalo de Dios. Porque RK era el hombre al que había amado toda su juventud... Entonces, mientras tanto de su matrimonio, Stella hizo todo lo posible para que este matrimonio funcionara. Pero el día que descubrió que estaba embarazada, su esposo le dio el papel de divorcio y le dijo... "No quiero a este niño. No olvides abortar". Estas palabras salen de su boca, como una bomba para Stella, y cambiaron su vida... Ella firmó su nombre en el papel de divorcio y salió de la casa... Porque ella no quiere estar con un hombre tan frío... Seis años después... RK compró la empresa en la que trabajaba Stella. Pero Stella hizo todo lo posible por no tener nada que ver con él... Porque ella tenía un hijo y no quería que él se enterara de él... Pero un día, cuando Stella recogió a su hijo de la escuela, él la vio... RK, "¿Cómo te atreves a tener un hijo con otro hombre?" Stella, "No creo que tenga nada que ver contigo". RK estaba a punto de decir más cuando su mirada se posó en el niño a su lado... Su rostro se veía igual que cuando era joven...
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Kaitlin se enamoró de Alan a primera vista, pero no consiguió conquistar su corazón ni siquiera después de tres años de matrimonio. Cuando su vida estaba en juego, él lloraba ante la tumba de su amada. Eso fue la gota que colmó el vaso. "Divorciémonos, Alan", dijo Kaitlin. Después del divorcio, Kaitlin prosperó en su nueva vida, ganando fama internacional como diseñadora. Recuperó la memoria y reivindicó su legítima identidad como heredera de un imperio joyero, al tiempo que asumía su nuevo papel como madre de dos preciosos gemelos. El pánico se apoderó de Alan cuando vio a los pretendientes alrededor de su exesposa. "Me equivoqué, cariño. Por favor, déjame ver a nuestros hijos", le suplicó Alan.
Hace siete años, Emerald Hutton dejó a su familia y sus amigos para ir a la escuela secundaria en Nueva York con el corazón roto, solo para escapar de una persona: el mejor amigo de su hermano, a quien amaba desde el día en que la salvó de los matones cuando tenía siete años. Herida por el chico de sus sueños y traicionada por sus seres queridos, Emerald enterró los pedazos de su corazón roto en el rincón más profundo de sus recuerdos. Siete años después, tuvo que regresar a su ciudad natal después de terminar sus estudios universitarios. Su corazón se convirtió en una fría piedra, vacío de amor y cayendo en el olvido que una vez latió por un hombre. Traumatizado por su pasado, Achilles Valencian se había convertido en el hombre al que todos temían. Los golpes de la vida habían llenado su corazón de una oscuridad sin fondo. Y la única luz que lo había mantenido cuerdo era una chica con pecas y ojos turquesa que había adorado desde siempre, la hermana pequeña de su mejor amigo. Después de tantos años, cuando finalmente había llegado el momento de capturar a su presa en su territorio, Achilles Valencian comenzará su juego. Un juego para reclamar lo que es suyo. ¿Podrá Emerald distinguir la diferencia entre el amor y el deseo, y evitar la peligrosa ola que una vez la arrasó para mantener su corazón a salvo? ¿O caerá en la trampa? Nadie jamás pudo escapar de las manos del hombre y él siempre obtiene lo que quiere. Y ese juego se llama: 'La Trampa de Ace'.