vir. Por desgracia, la vida real, es a otro precio; Gabriela Solís Torres, una mujer que carga, acuesta el abuso sexual, a manos de su propi
ortificaba; en cuestión de tiempo, forma lazos entrañables, con Estefania Rosales, y Ernesto Paz Caseras, quienes se convirtieron en su mayor apoyo, todo lo hacían juntos. Para Gabriela, no había otro obje
años, en lograr su cometido; desde el instante, que Gabriela, lo acepto, se condenó, sin reversa alguna
nde, Cartagena – Colombia, Casa
yo jamás, tendría un hijo, con una infeliz como tú, eso sería una deshonra para mi familia, no eres más que mi trapo sucio, el cual manejo a mis
, por abusarme, como se te ha venido en gana, pero ya no más, hoy me
locó en posición fetal, como ya era costumbre, cada vez, que se sentía agredida. Viendo su estado de indefensión, él, la comenzó a golpear, y so
ó ayuda, pero al despiadado hombre, no le importo. As
sitario del Caribe, donde fue sometida diferentes rayos x, para descartar fracturas, también fue revisada por el ginecólogo obstetra, quien, afortunadamente, su bebé, pudo aferrarse a
reocupes, mamá, ya está aquí, yo te protegeré -Ella bes
, si te hubiera he
responsable, de la bestia
e me advertiste, te grite, y jure que nu
udes, además, hay una person
tenerlo,
hablaremos despué
ni siquiera le importo la negativa de su hija, y ella, denuncio a Esteven, desafortunadamente, al se
septiembre,
que Esteven, había desaparecido, Gabriela pasaba días angústiales, el solo h
más importantes, nadie hará nada por encontrarlo. Per
mejor será que me deshaga, de este f
, lo que
contrario, mantendré pos
s tu tranquilidad, mañana iremos al centro médico
e entonces, por qué, lo elegiste a él, aun cuando yo quedaba devastada? -Ga
poca cosa, que llegue a pensar que si
lo f
las manos de Gabriela-. Mi niña, te lo suplico, perdóname, fue una basura de lo peor, pero c
pequeña punzada -¿Madre, p
a muerta para ti. Calle, y me trague todo, además, en el fondo, sabía que me merecía
es que ahora, eres mi único refugio, esa escoria me alejo de todo, que perdí tod
n muy gentiles contigo, p
fueron
esté en mis manos, para salvaguardarte, de todo
ela
r las paces. Nora, respetaría toda decisión que su hija tomara.
.0 p
o deliciosa -Gabriela, se le
he perdido,
desde pequeña, amo
ora ve, descansa, yo t
ndo algo llego a ella, se despertó en medio de un campo marchitado, y había un bebé llorando de forma desgarradora: «-Ya, mi niño, no llores, ¿Dónde está tu madre-
abrupta, su corazón, estaba a punto de reventarse-, ¡
orazón, que sucede
le, tuve un
a, se quedó al lado de su hija, hasta
s que lo reflexione, y
no tienes q
o adecuado es que le dé vida, a una pers
así lo harás, tu m
tomo confianza, las primeras patadas de su bebé, hicieron que ella cayera rend
rmentas desaparecerían. Sin embargo, dadas cuatro semanas del nacimiento de Belén, su madre, no para de llorar sin motivo, ideas suicidas la torturaban, incluso fantaseaba con el día que pudiera acabar con su hija,
ubre 18, año 2020, Casa
o son todo para mí -Desde el momento en que Gabriela, se reincorporó a su vida maternal, No
l apoyo, que he recibido de tu parte, te hiciste cargo de mi nena, mientra
amor que te tengo, y porque también, q
señor, me haya abusado, no fu
preferí a él, y eso
apia, me ayudo demasiado, ya estoy en c
estado esperando el perdón de su hija, y al
al fin del mundo -Al estar lejos de Esteven, Gabriel pudo recuperar comunicación, con su gran amiga Estefania Rosales, con la cual había mantenido en cont
etendré, eres mi hija, y lo único que d
ngo que abrirme paso, de lo contra
que lo único que deseas, es
ndos, luego la llevaré al parque, tengo que aprovechar, mi día de descanso-. Luego de Gabriela, saliera del hospital, y dejando pasar cuatro meses, y aprovechándolo
percató, de que su celular sonaba de
Gabriela, dudó un poco, pero a la segunda llamad
fono, estaba Ernesto Paz Casares, un viejo amigo
Por más, que ella, intentaba hacer
Torres!, tan pr
az Casares!
stemente puedo ver
el que me olv
ti, pero ya vez, t
lo hi
me dio tu número, y además, me contó todo e
rónico, no, psicóloga,
a, eres de c
fui, una r
eciosa, la igual que tú, sé que estuve lejos por muchos años, pero ya estoy de vuelta en C
era, que para Gabriela, resultaba maneo, que sus viejos a
lvieron a unirse. Sin contar, con
tin
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