encerró en su habitación, ahí paso horas ideando, escudriñando en sus adentros, la forma más correcta, para hacer que Gabriela lo perdonara, lamentablemente, nada surgía,
siese ayudar. Ernesto se dirigió al bar del
s 10
én toca de
estina, ¿
amado Ernesto, está medio tomado, dice que no va, hasta que
ulpe, esta será la primera vez, que ocurrirá, semejante espectáculo - Ella, se colocó lo primero que encontró, y Viendo la
zo, del vigilante era en vano, Ernesto, no
ella venga, y me perdone -A pesar de su esta
la junta ya fue a buscarla,
- En el instante que Ernesto vio
en un conjunto residencial! -En un pr
ar, si aceptas
vamos al a
no confiaba en que Ernesto estuviera, en condic
yo me encarg
o, la señorita Estefania, me ha dado claras indicciones,
o pudo Gabriela, se llevó a Ernesto, y se dirigieron al ap
no necesita ayuda? -Preg
uparse. Solo es algu
hora de retirarme, la
a Ernesto a su habitación, mientras que
e está
arado, la acabe de llevar a la habitación de Est
erdones. Ya debe
sencillo -Gabriela, quiera ver, c
lo que
ncida de que Ernesto se rehusaría a tal petición, ella soltó una pequeña sonrisa, s
ra, qu
ré, tus
ella, tratando de detener,
la ropa interior de Gabriela, abrió sus piernas, y poco a p
ra, en serio es
tuvo en ningún momento, él siguió devorando
..! ¡Es
, fueron como activar, un interruptor para Ernesto, qui
ciste, así q
hacerte vibrar; que te si
utiré co
desnudar a Gabriela, por un rato observo su cuerpo, y lu
o eres un bebé?,
s, tenerlos para él, eran casi un sueño-, no cabe duda, son exquisitos, ahora probaré algo-. Él, introdujo de sus dedos, en e
u miembro, no le era desagradable, pero si, le resultab
ando? -Preguntó é
, tengo vaginismo, por eso, cada vez que
, no me lo
no quiera d
ta, si has o no has estado con alguien más, aquí se tra
burrirás?, soy tan i
as indecisa, yo te abrazaré y con mis besos haré que todo lo mal
sar algo de lubric
ue esté abierta a esta h
a, tiene, no creo que se
conocía esas
que experimentaba, Gabriela, le
eaba. Además, si no quie
qu
tos momentos. Ve por el lubricante
tes de regresar a su habitación, le d
s piernas; luego, con sumo cuidado, fue untando lubricante-
! Ve más
ré que solo pron
parao de contraerse. Las embestidas y m
s, estoy
no debim
or
o seré un juguete, lo fui una vez, deje que
al quiero estar en días; nublados, felices, desesperados o perfectos. Quiero que veamos el amane
engo miedo, miedo que por mis culpas, salg
una, quiero intentarlo contigo, algo
ubeo debido a los demo
do, eres muy especial para mí. Pe
que una voz en su interior le susurraba: «eres una tonta, lo echarás a perder, siempre serás un
daré, mi misi
más tarde tendré mi primer d
erás. Ahora ve por Belén, ell
za con las almohadas, ¿me veré muy ego
é a tu lado, y también v
ra ser un cuidador, pero a eso de las cuatro de la mañana, cuan
pellizques mi pezón, No puedo
eíble!, ¿Qu
mavera-. Inundado por la pasión, Ernesto se volcó sobre Gabriela, la besó c
Para, saca tus ded
s más -Ferozmente, y con ayuda del lubricante. El logro que
hí estaba ella, experiment
ra Ernesto era claro, que lo más impor
mi cuerpo demasiado calie
que te har
o más, yo quiero que... -Ella, tomo con brusquedad, el
eseo de Gabriela, Ernesto, con gran s
lo saques, quiero que
midos de Gabriela fueron la m
eñor, ¿co
ue sat
rma de decirle, que ya había sido suficiente. Ahora si me lo per
o, no har
su primer día de trabajo, la noche ante
nguardia, oficina
í que es
algunas indicaciones, sobre sus gustos, y pues ya ve
da, sé que aprenderá rápido, traiga su agenda, par
omiso, actitud que le parecía admirable a Harold, quien fue muy diligente
odo está tu computador, debes tener pr
ñor, as
ella se sentía nerviosa, pues no era su profesión, Gabriela daría lo mejor de sí en su trabajo, y mientras Gabriela, p
eres, que
abriela -Sin sentir, ningún remordimie
en su cama, para devolverse a la puerta donde se encontraba Esteven, a quien le propino un fuerte puñetazo-. ¡Maldito!, jamás p
el labio -Refunfuñó Este
, pero Belén me necesita,
jaré que te quedes con mi hija
digo, disfruta a Gabriela mientras pueda, porque te a
mando mi paciencia -Ernesto, tuvo toda la inten
lo aseguro Gabr
un bufón, sient
en, intento golpear a Ernesto
sto, una sola vez, aléjate de ellas, o podrías recibir,
una a
recomendación, Bogotá puede ser maravillosa, pero también
- Esteven se marchó, mientras proclamaba: «¡Bastardo! Está muy equivoc
tin