uavidad a las pequeñas, manitos de las niñas que lo acompañaban. Caminaba a paso lento, y su mirada iba cubierta
nfocó en las blancas y frías paredes de aquel lugar, e
sicos tomaron el arco y ras
ba del mausoleo de la familia Duque, por celebrarse un aniversario más
aquellos fríos muros, y mezcl
mbra de hierba ibas volando dormida. Un imposible silencio
uerpo en una de los escalones que daban a la puerta del mausoleo, entrecerró sus ojos por unos mi
el vaivén de la melodía, su rostro seguía siendo tan hermoso tal como él lo recordaba, lo observaba con aquella
entonces varias cálidas lágrimas brotaron de los ojos del joven Duque,
eremos mucho -se escuchó en la
equeñas hijas, conmovido hasta los huesos por su demostración de cariño, entonces l
aclarándose la garganta, entonces se puso de pie y con las man
iste lila, papi
favorito -expresó con la
e podemos poner flores
rojas - aseguró Joaquín a su niña, mientras pasaba su mano por
sintió las manos de sus hi
-cuestionó él inclinando
nos ibas a contar cómo conociste a mi mamá, h
stro de sus hijas a aquella chiquilla de sonrisa traviesa que le cambió la vida por completo, y que l
conocer a una hermosa reina que le alumbró el camino -mencionó suspirando, mientras acariciaba los rubios
ntras empezaba a narrar la historia,
on! -gritaro
rza abrupta, tal y cuál la primera vez que la conoció, ella caminaba hac
tos que se soltaron de los brazos
quitines que se aferraron a sus piernas, y observando
r todo el cementerio -comentó ella algo agitada, y se acercó a él-. Escog
a cintura, la abrazó a su pecho y luego inhaló su aroma
bservó a lo lejos a la mujer levitando y le sonrió, y notó como ella los
Duque, y lo cumplí -aseveró orgullosa, sintiendo su corazón agitado, se reflejó
*
maldición que pesa sobre la familia Duque? ¿C
s hasta el final. Les pido no sacar conclusiones apr
ves llorar por ti, no pasa nada, pero recomiend
os no sostienen ningún tipo de contacto sexual. A pesar de que la edad de consentimiento en el estado de N
mentarios en las rese