dar flechado de la novia de la boda de la cual eres un invitado más. Mi mente está en otro planeta, uno tan lejos que ni siquiera se qui
ia la puerta de entrada de este recinto con la esperanza que la mujer que ama finalmente haga
ra abriéndose retumban por todo el lugar y son solo segundos los que transcurren para poder oír la marcha nupcial. Al igual que los cientos de invitados que están aquí, me
ar. No entiendo como con tan solo mirarle me puedo sentir así. No entiendo cómo es que a mis 33 años algo así puede suced
ella también me mira e inevitablemente le sonrió. Ella me regresa el gesto, y al verla sonreír mi mundo tiembla de
no la he co
ubiese dejado p
ndome como el novio que han abandonado para irse con otro. Es una
l. Me grita mi subcons
stán emocionados por esta unión, y en cambio yo me estoy arrepintiendo a cada minuto de mi mala decisión de haberme ido a Nueva York. Qu
mine nuestras vidas han hecho que ella y yo nos conociéramos; también está
nte nadie en su vida para sentirme como me siento ahora. Yo que decía que era una tontería, yo que estaba decepcionado del amor... el Martin frio, cal
realidad escucho el "si acepto" que ambos dicen para unir su vida para s
No me pude haber enamorado a primera vista, eso solo pasa en las películas románticas; esas que tantas vec
sto debo dejarlo atrás como uno de esos delirios que pueden ocurrir en la vida de uno de vez en cuando. No sé si ir a la fiest
ga una mala pasada ¡Suficiente! Me grito a mí mismo y sacudo mi cabeza para salir de este recinto como todo
e puede volverme loco, y la pie
erte la