dad en mi interior, de no saber dónde estaba, y en ocasiones tenía la percepción de que algo me vigilaba, pero no sabía de dónde lo hacía, ni que era, pero lo sentía, lo sentí
, pero había algo que no me cuadraba, eran de una proporción exagerada, parecía irreal, y no
ron más intensos, no sé si era cosa mía, pero juro que les oía decir mi nombre, cuesti
cos verticales, luego se deslizaba por los horizontales y terminaba en el charco, sin olvidar el sonido que hacían al entrar en contacto con el pantano, los troncos empezaron a crujir, dando la impresión de que alguna de las ramas desnudas se caería de un momento a otro.
ía ser posible, estaba equivocada, ahora los árboles puestos en vertical estaban cubiertos de las mismas hojas que caían, me quedé perpleja ante tal acontecimien
altura de dos pisos, el muro también era más alto de lo que parecía, el color grisáceo se fue transformando en un verde
de ambas estructuras, a mí me daban asco, y para ponerme más nerviosa, est
e lugar no pertenecía al mundo real en el que t
al suelo después, empujé la puerta con suavidad por miedo a lo que podía haber detrás, pero solo pude percibir más bosque similar al anterior, p
a mí a un paso lento, me invadió el miedo, no sabía qué hacer, cuando solo estaba a
al paisaje de antes, pero la cadena volvía a estar puesta, como si
ar mi cabeza, mi corazón , mi mente, porque también le estaba dando vueltas a qué d