abrir los ojos ante la realidad. Pero al final de todo... duele. La crueldad y la belleza
que parece esconderse avergonzado de la mirada despectiva y llena de superioridad de una sociedad sup
pero sobrevivir
renacer de las cenizas como un ser nuevo con aprendizajes renovados listos para brindar soporte en una nueva pelea por sobrevivir en la que s
s estoy segura de que eso me ayudará a encontr
s momentos. La falta de costumbre de una buena racha se sintió asfixiante. Mi padre siempre me contaba historias de cuando "eran tiempos mejores" de cómo había filas enormes para entrar al restaurante, el cual era también visitado de vez en cuando por una que otra celeb
sonido de los cubiertos, el vaivén de los tacones bajos de las meseras, el olor de la comida y el trato amable de los comensales más fieles, tenía un gran encanto.
cuando estaban dentro y cómo continuarían una vez que se fueran resultó ser una de mis actividades favorit
un trabajo duro pero agradable. Siempre intentando ser amable y brin
esas cercanas a la entrada, yo amablemente me acerqué para decirles que ya habíamos cerrado, pero justo cuando estaba por pronunciar la primer
dé con la oreja pegada a la puerta p
-Dijo Otto, el cocinero del restaurante. Un carismático hombre robu
la puerta atrapándome en el acto, se veía temeroso y sudaba de nerviosismo, algo muy cara
mí -Y tú Otto, van a pedir algunos platillos, unos cuantos tragos
ahí, ni tampoco cuáles eran sus intenciones, pero no quería pensar demasiado en ello. Como ya era costumbre, salí de la cocina para tomar la orden, pero desde el momento en que llegué, me sentí sumamente incó
ar de la cabeza al hombre que estaba a solo unos metros de mí y me miraba tan extraño, realmente me sen
po se fueron, nosotros cerramos el restaurante y nos fuimos todos a casa. De camino en el
r de mirarlo mientras conducía - ¿Pasa a
ijo sin quitar la vista de enfrente, pero apretando
te aprendes los autos que usualmente se encuentran estacionados afuera de las casas a esas horas de la noche. Claramente ese coche no pertenecía a alguno de los vecinos o a alguien
e era mi imaginación o eran personas que miraban en mi dirección, pero no concretamente a mí. Así que mi rutina volvió a ser la misma, escuela, trabajo, de vez en cuan
n par de ojos clavados en mi espalda y me encontré a mi padre en la puerta, se veía como si no hubiera do
muy cansado y Otto tuvo un pequeño accidente ayer, así que ¿Por qué no te tomas el
gunte preocupada por lo s
escansar- Respondió con la voz apagada y la
entras pasaba junto a él en la puerta y le daba un beso en la mejilla - si necesitas al
libre al fin, ya que justo ese día era la premier de una película que deseaba ver desde hace tiempo, así que lo primero que hice fue llam
ado, podremos ir a ver el estreno de la película que hablábamos el otro día -Le d
a verla y quiere que vayamos solos- contestó él y se
. -Comencé a decir tristem
mor - rio al teléfono y lanzó un beso - mi tiemp
rar- Le dije dando un gran s
00pm, paso por ti - La voz entusiasmada de Matt me aturdió
oche - Lancé un beso
riño" entre otros apodos similares. Sin embargo, ninguno de los dos se había atrevido a dar un paso más allá por un absurdo miedo a perdernos e
la sensación de emoción en mi cabeza me dier
mo si mi vida estuviera a punto de cambiar por completo, poco