que no estábamos prestando la mejor atención, sus manos me pegaban a su cuerpo y su boca amenazaba a la mía co
lían de tanto choque eléctrico con ellos suyos, haciendo de cada
ba tan húmeda y lista para dejarlo avanzar en mí, que sentía que si perdíamos los papeles en
entre mis labios y los aplausos a nuestro alrededor, no
que para él, pues mientras me raspaba la mejilla con sus caricias d
u cuerpo fue moviendo al mío por el suelo, y de pronto me sentí tropezar con un árbol, dónde me descubrí rec
las suyas sobre la caída de mis nalgas entrando por debajo de mi vestido en pleno intemperie nocturno
y Rodrigo se devolvió a mi boca, haciendo que no pudiera resist
uebles que íbamos sorteando
no paraban de tocarme y su boca nunca se separó de la mía por más de cinco minutos. Era de locos el deseo sexual que s
Yo gruñía. Nos decíamos con la vista lujur
re su cuerpo, le saqué toda la ropa de su parte superior
sorprendió a mí, tanto c
re lo h
o mía ansias con su boca en la mía y de esa forma impidiendo qu
mbro y se llevaron en su camino mi tirante, sacando el otro de mi cuerpo con su
ue place
a buscar su cinturón mientras me a
po y cuando sacó la poca ropa que le quedaba enc
rasaba también mi sexo. Era enloquecedor sent
on su cazería, pero no sería
no pude resistir lo que me hizo sentir y el tiempo que lle
íamos jugado al quiero y no puedo, había intensificado el
me penetró hasta el final de mi espacio, haciendo que sintiera
mí - que eras exactamente lo que
ablar. Solo s
a y nunca en toda mi vida me había sen
de iniciaba la historia de amor más demoledora que jamás pensé vivir y que desde luego se escondía detrás de aquel hom
scondida detrás de aquella