egura qué fue lo que más me gustó de él, tal vez, el color de la piel morena, un tono diferente a lo que estamos acostumbrados en México. Él nació aquí,
inaba palabras turcas con el español. Con el paso de los días esa peculiaridad suya me fue enamorando,
recido, sobre todo de la nariz. Se llama como su abuelo, una tradición de familia que comparto. Lo llamo Demi de cariño. No me canso de nombrarlo e invento canciones co
que juegue con otros niños y para que Demir trabaje tranquilo unas horas en casa. Yo reanudé mi vida profesional y ambos nos adaptamos a ciertas tareas que conciernen a nuestro hijo. No es fácil cambiar pañales y pr
ía nada más que estudiar y mantuve mi talla durante muchos años; ahora con un niño pequeño, un esposo, una casa y un trabajo, tengo miles de cosas que hacer, no
sus palabras porque duelen y más viniendo de él. No tengo el mismo cuerpo de antes de mi embarazo, jamás lo voy a recuperar. Uso la t
estaba pendiente de los pasos de Demi, agotada de ir tras él para que no se hiciera daño, dolorida de la espalda de estar agachada y malhumorada porque no tenía tiempo de preparar la
, cariño-dijo y yo
ros de la báscula se muevan hacia abajo, pero los muy despiadados suben y suben cada mañana. Entro al baño de la recámara
acuerdas que
lo si tengo tantas
a ceñida dentro de un diminuto vestido de color azul ajustado que marca sus curvas ‹‹perfectas››,
arir! -Es lo primero que comenta mi mari
a primera pelea porque yo no podía creer que después de eso fueran amigos. De hecho, se abrazan con demasiada confianza. La verda
lo que hizo Minerva para estar delgada después del parto; yo sigo a dieta, pero no hay
tes que vienen por asesoría en materia penal judicial: denuncias o detenciones, y mercantil administrativa: cobranzas y ventas. Yo me enca
e Demi que apenas escucha que se abre la puerta grita ‹‹¡mami!››; con entusiasmo, viene a toda prisa a recibirme porque me ama como soy y como me veo. Por supuesto que Demir no se quedó con las
peor que la palabra ‹‹fea››. No es que esté contando las veces que me critica, pero no puedo evitar sentirme mal en cada ocasión; es como una herida abierta