de peluches y cajas de chocolates. En la intimidad, siempre me dice que me quiere y agradece estar a mi lado, por el hijo que tenemos juntos y por aceptarlo t
arga de trabajo que tenga en el despacho. Demir trabaja la mayoría
r en el momento que lo entregue se me enchina la piel. Dentro hay un perfume con una fragancia de roble combinado con notas frutales. ¡Huele delicioso! También decoré una tarjeta con algunas calcomanías en forma de corazón y le escribí unas líneas con mi mejor letra; unas palabras par
perando. Quiero correr por el pasillo, pero me detengo para dar emoción al momento ¡
cariño! -dice y me en
pero respiro profundamente-. Esto es
›, pienso mientras lo abro con cuidado. Tal vez una reservación para salir de vacaciones; unos boletos para acudir al teatro; para ir a bailar; una cena a la carta con velas y vino tinto... No importa seguro que es algo súper romántico. Al sacar los
gracias, cariño››, me dice y da por terminada la celebración. No se ha vestido para salir, ni tiene intención de ello; veo cómo
ato de fideos; la comida está caliente y trato de enfriarla moviendo el guisado con una cuchara, Demi me ayu
dice mientras mastica la p
e una maldita membresía para ir al gimnasio! Sus actos hablan más
ganas y sigo dando la sop
cuento e inmediatamente se queda dormido. Beso su frente y le digo buenas noches. La cocina está sucia, pero hoy no teng
el niño me necesita, cariño. Son pocas las horas
os ojos clavados en esa pantalla absurda
tira los brazos, parece cansado de estar todo el día sentado-. No
sario! ››. Esta es la peor celebración de todos los años que llevamos juntos. C
a un gimnasio nunca. He pasado muchas veces y siempre volteo a ve