me había llamado la noche anterior y me solicitó que llegara una hora antes de lo
, y luego, como a eso de las 10 de la mañana empieza a entrar el sol por una pequeña claraboya que está en la parte superior del mezanine. Creo
e y treinta minutos, cuando la primera persona llegó, me desperté. Era una chica, de unos 20 años aproximadamente, vestía muy elegante con unos tacones negros, una falda que apenas le tapaba la rodilla y una blu
a es la oficina de
¿es usted miembro del pe
por la vacante de secretar
vesó la garganta, s
que el señor Capellino
mucho gusto, mi n
Julieth, adel
a gracia, quizá por eso el señor Capellino quería hacerla su secretaria, irradiaba una luz q
ía un traje gris -como el- con zapatos de cuero que se veían costosos y una boina a rallas que no le combinaba absoluta
días,
as, señor
esped
Qu
que repetir?
chica sentada con una frial
, síg
aria, miró hacia atrás unas dos veces antes de llegar a la puerta de la oficina del señor Capel
esto me hizo madr
sentía el cálido resplandor del sol en mis brazos ligeramente extendidos sosteniendo mis pertenencias, soplaba una brisa suave, esa que te hacer decir que p
n día, pese a tod
ficina, ya no importaba, es mejor así, ya no teng
mismo tiempo, se me erizó la piel, y luego, como en un parpadeo,