o – Prim
Vila Madalena, un tradi
: un joven, con una
muchos desearían tener. Se
ía preocuparme por muc
, que se reían a car
el grupo de hombres había perdi
rsación había tomado un
cepresidente estaba calien
ablaron en un tono más a
dos en el bar, dejando
ocu
y con un andar notable.
cuando golpeó el piso de
destacando aún más su tr
el mostrador de madera
ro bien
ó la atención de tod
ge, el único que estaba di
o del amigo de al lado y s
liento. Era sin duda la mujer
da. ¿Creías en el amor a
os segundos dudó de
de ese cuerpo, perfect
iño ceñido que pare
n exhibición en
mental durante toda su época u
el resto de su vida, pe
en la propuesta de compromiso
resto de su vida sin
este a la cama. – Fue
OM NA
IGR
cesitara e
de que ya había cruzado lo
arse al lado del foraster
os azules casi blancos y
rar fjamente la curva
do ser una de las tareas más di
i
urete y respiró hondo. es
necesitaba t
osa mujer sola en un
n poco más
encontrado compañía. E
nr
uería saltar. Era como
penas habí
– Ofreció y pidió al
s una cantante? Porque tienes
e esc
ge estaba seguro de que ya
las bebidas en la b
, era divertida y parecí
l traba
n una gran empresa? –
s. Cada vez que toca
abios para arreglar el lápi
más hip
o seré direc
una mano por el mostrado
n el brazo
alor invadir su cue
esa
os esta conversación en
tras colocaba una de su
no sonrió y acarició su ros
en la barba
ho más para ponerse de
. Incluso pensó que su en
OM NA
IGR
mosa le resultaría fáci
ro, abrió la puerta del p
omó el volante. Es
er sus ojos fjos en lo
alles despejadas de con
a aparcar frente
ó el sonido de la puerta
nto volvió a hojear el peri
o. La mayoría de los propietar
teros, llegaron tarde
cue
un garaje grande y oscu
. El sonido de sus pasos
onó el botón de su pis
a de metal se cerrara antes
ar y mordisquear su c
n
er eso... – Apoyando l
a susurrar, rozando sus labior todas partes. - Salir as
obre sus labios h
erpo curvilíneo y no q
ra. No podía dejar p
una de las mejores noches q
ue exhalaba su piel. No po
de reír. ¿No fue el p
s más convencidos. Sin
a en est
vo? – Jorge se dio cuenta de
a a la cama, debería habe
ía costarl
como si no estuviera
l cuello de su camisa d
otra vez. -
el escalofrío que le rec
para poder agarrar el culo
ón apr
OM NA
IGR
nsor, ya tenía las llave
redor de maratón por haberlo
u apartamento y cer
la luz apresuradamente
nos sobre las curvas del
abro de su sala de estar, se
an con las palmas de sus mano
o lo detuviera. Puso s
sabor suave y excéntr
hasta que fnalmente pudo ag
ese momento, si toda
común, ambos se perdiero
podía pensar en otra co
nud
cabellera negra con u
ro. no se mole
invadir su boca con su
gar de eso, envolvió sus brazos
presionando su cuerpo a
casiones en la vida de Jorg
de las lenguas sentía herv
ería más. El anhelo era
, ya rígido dentro de sus pan
co que crecía con cada
a en t
ar por los costados de sus pant
ronto como sus manos toc
gero gemido. Su piel era t
al pecado que n
labio inferior en me
lpitaba de deseo. No podí
bien. Con manos urgentes,
nhelo, un deseo voraz
hambre
s hombros de Jorge y la
uearle y a darle ligeros c
staba aún más emocionado.
OM NA
IGR
alofrío que le provocaba, qu
sus delicadas manos sobre s
so los ojos en blanco mientras a
mido cuando ella tocó su
ones. Tuve que contenerme p
on
rpiño de Natasha y lo arroj
rosados, no demasiado
podía esperar para tocar
invitación silenciosa. Ento
aciéndolo retorcerse
nzó a chupar. Su sabor er
a probado. Podría pasa
chupando s
nas latía con cada toque
tanto que Jorge temía que le
do uno de los deliciosos s
o hasta la base de sus panta
reció una eternidad, pero lu
bragas estaba húmeda y eso
xtraño, pero ¿a quién
ual no le hacía daño a n
no podía i
los hombros y le hizo
labios carnosos toca
más. Cerró los ojos y se
a el comienzo de su pe
igeras que dejó en el ca
asta dónde llegaría lo m
su pecho. Las uñas
jando aún
a cuando la sintió comenzar a
men, lo abrió con una l
esos pocos segundos. resp
los pantalones y la ropa i
, lo eno
es manos alrededor de su s
OM NA
IGR
dedos y conteniendo un ge
eso. – se
nrió haciéndolo de nuevo
nos y le dio un
s asentía. ¡Hazlo pr
it
e Natasha envolviera sus l
o, pero fue inútil. Eso fu
osa sensación. acarició
ez que sus labios se
ban con la lengua, la
eciéndolo. Ella lo chupó
orge había recibido en su v
espasmos de placer, disfru
rmosa mujer arrodi
la bebida y lo hizo
Natasha estaba bien alim
Con cada gemido que escuch
ui
a con fuerza. Sonrió al p
e podía hacer con esa
a y lo acarició. La mirad
nloquecer
o estaba siendo ese
o contrario se vaciaría al
ano d
y la besó una vez
a quedarse allí para sie
l suyo, Jorge lo tocaba
iernas largas y re
a un sofá que estaba en e
Jorge miró fjamente esos h
hombros y se sen
cama? – le preguntó trata
a tomarlo pronto, si
ído y le dio un liger
ofá. - Se frotó sobre el
OM NA
IGR
ba, lo que le hizo soltar
ar su
s. fuerza, La su mujer polla palpitaba.lo vo
para penetrarla, su cuerpo
edonda junto al sofá
jado allí. Abrió el paquete
es de agarrar su polla
pretó aún más las nalgas d
ando sintió que su polla se d
nte húmedo
comenzó a mordisquea
cualquier pensamiento ra
e importaba era estar a
. Ella se apoyó en su
ntra sus
ndo el gemido que no p
al sentir su vagi
respirar hondo y pensa
n tus manos, sino me v
ovecharlo
atasha le susurró al o
ra de ella y luego sen
rn
on fuerza la delgada cintu
orcerse en el sofá o
l
su cuello dejándole lige
e dentro de él. Subiendo
samente realizada. Ese h
estaba sirviendo al pro
bros, se movía con
trás, su cabello rebotand
jar
cintura y la acostó en
cima. Era su turno
a hermosa mujer de oj
OM NA
IGR
y voluminoso. Que
putas con las que h
afortunad
tos. Oh, cómo lo apre
gemido antes. Ese defn
che de sexo
n fuerza, dejándole un
rgo de la ancha espalda. P
to sirvió para aument
sofá, se inclinó para l
contenerse lo más posi
irtió en una tarea c
nrió y dejó escapar gem
lo estaba disfrutan
a más fuerte
nuevo y estuvo a punto
ella lo
s ojos. - Natasha lo emp
ó a sentarse en su regazo
lo estaba feliz de ent
vo, él agarró sus pechos y
arían marcas en la
ención a las curvas del
iembro. Jorge hizo lo q
ra inútil. Esa mujer fue m
rado a n
ra besarlo cuando lo s
y le devolvió el beso e
villosa sensación de org
creíblemente, que lenta
ecuperarse, pero se
ía a e
enzó a sentirse cada
tinuó pasando sus manos t
nas tuvo la fuerza para ma
e entonces cuando vio un au
se abrieron, quería gritar,
OM NA
IGR
a que haya perdido comple
alimentada con toda su f
erpo inmóvil sobre el sofá.
tan rápido, tal vez po
l fondo no le importaba
sólo que estaba demasiado
ito baño del apartament
do los rastros de sexo
o recogió su ropa, se vist
ga
mujer joven llegó a la pue
lente de contacto, vio
pelo y las uñas. Quer
. Con los brazos llen
esayuno perfecto,
a por esa maldita len
los ojos. Pero estaba f
nitos que con los ant
s
e ganó la disputa con la
argo, recordó que era tem
estaría
preguntó si podría hace
us ojos desenfocados la
guiría en cualquier lu
uiera
ejor, y el grito agud
ayendo al suelo despert
OM NA
IGR
el vecino entrometido,
ujer que había encontrado
En completo shock, pálido,
gris. Apenas capaz de
oco a la mujer policí
se acercó al cuerpo
busca de signos de un a
o parecía e
o que sea que este t
con algo así, incluso c
o se volvió hacia su co
rten
rubia y se acercó a la
el cuerpo, que estaba desnu
Afonso tenía razón,
o. Pero lo que Dante s
capaces de cau
la luz, ahora casi escasa del
restaurante, dejando e
n, chocaban con
camarera lo miró des
s que se d
un taburete alto de plá
dentro de su taza de c
humanos somos así, ruido
e sujetaba su cuello
el mejor, pero no le im
aunque era bueno para m
ada, pensó en cuando de
sante y un poco divertido, ya
ese lado de la ley. Pero fu
como me atr
hombro y saltó del banqu
olo él sabía cuánto n
ur
El detective Afonso se sob
pañ
arriba abajo, desde sus zap
o el tiempo de cortar
fjamente a los ojos marrones
nte Afonso. Para el compañe
cuidado nunca
almente sonrió. -
o. – Afonso se rió y
que pudie
go? – le pregu
apenas la miró. Ni siquie
. Se arrepent
imentero en el mostrador
OM NA
IGR
a
re el tipo encontrado
n la cabeza y
un rato y me dijo que
esconocidas en el cuerpo
a justifcación para e
encon
interrogando a las últi
bió el resto de
entonces. - Afonso se leva
Dejé mi auto estacionad
nedas en e
hasta la entrada de la cafe
ente parecía feliz, una p
ote de papas, poniendo u
corriendo. Todo parecía e
ra tan s
en silencio. Para entonces,
ido detrs de los altos ed
unas ratas correr de
, que buen sitio p
silencio, dema
nte estaba lleno. – tartam
miraba s
hacia su auto cuando
ombros. No pude ver
de hacer. Segundos des
ojos muy abiertos. El cuer
ó, salpicando sangre en el pi
de tu
ó a su alrededor en busc
vacío a excepción del coc
ld
conderse detrás del vol
apó. El fuerte sonido dellejón, y el ruido
El tipo que estaba de pie jun
OM NA
IGR
ro y su rostro estaba
ncos y parecían va
ió a carcajadas, como si
é irónico considerar qu
pasó por
bía temido, que lo encontr
e no tardar
a espada de la vai
los ojos. Con un gri
ect
a mano a la espalda, en la uni
us uñas en su prop
ropios huesos que tod
temente ágil para intercepta
ante sostuvo la del enem
ntes con la fuerza nec
ente cortó su ca
ó su cuerpo y rodó hacia u
donde estaba hace uno
ñetazo en la boca del estóm
dolor agudo irradiar por
e unos segundos. ¡Esa maldi
re en el suelo de asfal
quivar un disparo de Da
a pared del calle
ó represalias, golpeándolo
lando hacia la pared
l suelo y se puso de pie, s
dolió! Pero estaba lej
pared enlucida, se llevó la
ba de sus labios. Levant
ás fuerte que
ré de vuelt
uiera, y todavía no qui
estida d
rrando la empuñadura de
se abalanzó sobre las pier
OM NA
IGR
etivo saltó fuera del alcan
o sufciente
ceptó otro golpe. Sostu
cara de nuevo, ev
sbaló por la frente y ca
se de nuevo, libre de la p
a su espada en el aire. Vo
ientos de sangre, se
ontra el tipo, tratando
, pero esta era extremadam
! Estaba oxidado, maldijo
sto antes de que la espada
nces fue lo sufcientemente
l suelo al hombre y no dudó
convirtió en cenizas que se diso
brisa
spiro de alivio, sintió un
había golpeado. El detective
la sangre negra que re
r sus nerviosa. Las y armas lo hizo celestiales
nera
o el cuerpo de su compañe
coche. Necesitaba limpi
las manos llenas de sangre,
número de
ve Dante Vargas de Hom
boscados. El fue asesi
ar bien. Los b
n más autos por la cal
silencio. La luna estaba l
OM NA
IGR
de vivía Dante. Estaba
stanterías, con una so
uera un poco claustrof
s libros parec
do sillón con estam
la mesa en la que apoyó
tintero, una pluma y un
y un trozo de madera
r la aguja en un ext
e dolor fu
ía llegó al callejón, Da
ue buscaban represalias por pa
levado a la morgue y Dant
ridas. Pensaron que esta
uest
osiendo el profundo c
su sangre negra y por qué s
arias, era o