erecía ser llamada madre. ¿Y para qué? Parece que no le importaba
estaban atravesando de esa manera que podría someter a cualquiera. Sin embargo, a ella no le tenía miedo, solo sentía un profundo odio.
elada a la joven. No podía creer sus palabras. ¿Por qué decía que no era su hija? No entendía nada. Ya estaba perdida y sorpre
sí -la miró profundamente. La ira había transformado sus facciones en rojas y la veía co
ntura. Le dedicó una mirada burlona. Hope no comprendía su forma de ser.
a murió. Aun así, estuve dispuesta a tomarte y hacerme cargo de ti. Pero todo este tiempo he vivido viéndote como a ella. Mi pobre hermanita debería estar a
uiso correr y encontrar un refugio, pero ahora no podía ni p
. Todo le cayó como un balde de agua fría. La miró a Marie mientras trataba de pr
hermana. Ya no solo sentía rabia, sino también unas ganas enormes de llorar, como si fuera una niña pequeña que necesitaba a alguien a su lado para sentirse segura, unos brazos en los que apoyarse y qu
emente no podía ser cierto. Sin importarle que Marie estaba allí, se sentó en el sofá más cercano de la sala y se puso a llorar sin parar. Necesitaba sacar todo lo que su alma sentía pa
iferente. Ya no se conocía a sí misma, todo le p
lpable de que alguien hubiera muerto? Y no cualquier persona, sino su madre. Era peor que recibir un puñetazo en el
as. Se sentía destrozada ante la idea de que la mujer frente a ella no era su verdadera madre. Ahora comprendía esa indiferencia, la cual
mismo tiempo, pensó en su padre y lo vio como un mentiroso. Él nunca estuvo dispuesto a contarle la verdad, quizás por temor, vergüenza o algún otro motivo. Incluso podría ser que ni siquiera fuera su verdadero padre biológico, a menos que a su tía no le hubiera importado quedarse
dejaría rota como nunca antes había estado. En ese estado de desolación, a Marie no le importó continuar relatando lo
la sentenció a la muerte. -hizo una pausa para limpiarse las lágrimas, Hope sorbió por la nariz y se le quedó mirando -. Solo tenía quince años cuando quedó embarazada de ti, y mi madre decía que podíamos hacer algo, que quizás yendo al doctor este podría interrumpir el embarazo, pero optar por un aborto
ía que termina
o.
ga crecía de manera normal y acudíamos a las citas médicas para garantizar que el proceso se llevara sin ningún inconveniente. Cumplía con los chequeos y tomaba las medicinas recomendadas. Además, hacía ejercicio para mantenerse saludable. Mi madre estuvo pendiente en todo momento, asegurándose de que siguiera todas las indicaciones. Nunca cometió un error y estuvo cerca de ella, enseñándole todo lo que podía. Cuando llegó el día del parto, todos estábamos bastante nerviosos. Debido a su cort