s atr
lvió roja, pero sigo aquí, bajo la ducha, aguantando el intenso vapor. Nece
nerme en pie. Recuerdo que ella estaba feliz. No creo que haya sido un sueño ver en sus ojos tanto amor, tanta de
ca llegaría el día en que me arrepintiera tanto de haber amado. Pero llegó. Hoy puedo asegurar, sin mi
hasta el último momento para hacerme caer con fuerza. Y
.
días
egante mujer que oficia la boda, con una sonri
s brillan con adoración. Me acerco y suspiro sobre sus labios, quiero tomarme mi tiempo para saborea
jer que he amado en mi
y creyó conveniente adelantarlo todo y pues, aquí estamos. De todas maneras,
y orgulloso de ti -declara Aide
ro y al separarnos, en su mirada veo anhelo. Yo m
me perdona, Leo. Y lo veo tan
rás. Solo necesitas conve
ía que lograran superar todas sus diferencias y
Por otro lado, yo quise mantener todo esto en secreto, aunque sé que nunca me faltará el apoyo de mi familia. Mis motivos no
ra luna de miel. Justo en la entrada, la cargo y la sostengo e
ros de la playa. Esta casa siempre me ha gustado, principalmente, por sus amplios ventanales totalmente
ra luna de miel, sino que aquí, pretendo darle una importante sorpresa. Una que e
a, anonadada, mientras n
orque ahora mismo solo soy capaz de fijarme en
la admira todo, yo la sigo con la mirada. Su impresionante cuerpo luce espectacular con ese sencillo vestido blanco. Su cabello cae suelto en
no puedo negar que
s latir a la misma vez. Respiro en su cuello, rozando con mis labios en las partes más delicadas. Ella suspira y acerca su boca a la mí
cayendo a nuestros pies, con mi boca besando cada centímetro d
erpo la extrañaba demasiado después de un tiempo de no sentirla, pero
treabierta me respira cerca, sus dedos resbalan en mi abdomen, mientras delinea con ellos, cada músculo esculpido.
edes me aprietan, me absorben en un constante ir y venir de sensaciones. Cada vez más profundo. Cada vez m
iro a los ojos y lágrimas silenciosas caen de ellos-. S
ltad. Intenta cambiar su triste exp
ro sea lo que sea, me preocupa su reacción; algo no me deja pensar lo contrari
mida y con su dedo pulgar, deshace el ceñ
e algo? -pregunto,
sus manos y deposita un pe
o de ella, despierto nuevamente-. Hazme tuya otra vez. Te necesito -ruega, con sus ojos c
, Mary.
ía por segunda vez, son sus lágrimas corr
éndonos al compás de las olas. El siguiente día llega y no creo que exista algo más impactante que verla amanecer junto a mí. Admirar sus ojos soñolientos, lej
cuando Mary recibe un mensaje de texto en s
to lejos de aquí, de nuestro hogar, de mí. Sus pensam
no lo logro. Le pido explicaciones y ella niega todo, me ignora o me culpa de ver cosas donde no las hay. A cada rato, la siento llorar o la veo intentando mantener el tipo, cuando su
mí, cortando los vegetales para preparar la en
e, a
ciono y le exijo la explicación que merezco-. Y por
pero en contra de todo pronóstico, me tira a la ca
stuviera hablando del tiempo, mientras se vol
que dice, le duele, son las lá
y? -pregunto, otra vez, con el ceño fruncido
onerlas sobre mí, pero se aconseja y l
za, pero algo le im
-reclamo, molesto
lastimosa. Su labio inferior tiembla justo antes de soltar una bomba. Una que m
la boca, pero nada sale.
i interior. Debe ser una men
avor, di al
lejo. Ella cierra los ojos, dolida, p
e justifique lo que estoy sintiendo y lo qu
sabiendo que la estoy ofendiendo, no hace nada por
carga, porque dentro de mí está cr
duele preguntarle
sistente. Pero ella so
or un perdón que sa
es mío, ¿verdad? -A estas alturas, la rabia que me llena se puede sentir en el ambiente. Pero ya n
toy sintiendo una fuerte opresión
sobre sus verdaderos motivos-. Qué bien lo disimulaste, diciendo que
o. Ella solo escucha, no me desmiente, no habla siquiera. L
tros motivos, pero ya veo cómo funciona esto para ti. -Ella levanta la mirada y la cruza con la mía. En sus ojos ve
a vez, mis palabras s
a, a modo de retórica, por lo que no espe
s cierto o no. No creo qu
esalta con el gesto, pero no se asusta. Al contrario, mira su brazo, luego a mí, en un sile
a. -No es una pregunta, pe
ene, pero no
one todo, mejor me voy -expresa,
salió demasiado rápido de mis man
r qué -pido,
-dice y vuelve a
se fue, dejándome ahí, con el coraz