img El arte de fingir  /  Capítulo 6 6 | 24.00%
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Historia

Capítulo 6 6

Palabras:2047    |    Actualizado en: 18/04/2022

ía hecho conmigo o más bien de mí, y me regañé a mi misma de pensar en la locura que había cometido al preguntarle aquellas cosas al mejor amigo de mi mar

a nerviosa, era

mirada de Sergio, que trataba de evitarme a ratos, pero era de esas circunstancias en las que donde

minutos antes ante la mirada de Sergio, me había puesto un vestido largo, sin mangas pero con los hombros y el cuello cubi

pia casa porque así lo hacíamos sentir Oliver y yo en nuestro hogar, que él era como parte de la familia y a pe

para relajar tensiones -comenté dando una palmada motivadora para mi misma y me gané un beso en la fren

randa, mirando como Sergio negaba con la cabeza desde el sofá -nos avisas cuando esté la cena, hablaremos un poco

al

por otro lado, la situación que se había dado entre los dos, podía resultar siendo algún tipo motivación equivocada para que yo a esta

para ponerme a beber, como si fuese un simple día en el que cocinaba sola y para mí, como tantas noches en las que

tmo de la música que había puesto en mi móvil, sent

a boca, cuando me descubrí deseando que fuese otr

y poco a poco lo vi intentar seducirme para hacerme el amo

eguró que Sergio se había marchado y que había pedido que

encia en su vida, y lo hicimos en la cocina, como una vez más de tan

no había

que ambos estábamos intentando que saliera bien, algo q

ían tan bien que eran muy capaces de notar que todo iba mal, pero sin emb

brazos ausentes. De deseo inexistente y pasió

endo en la constante certe

o empezaba a sobrarme, menos las ansias por sentir ardor entre las piernas, sangre ll

ramos una pareja cariñosa, ni éramos los típicos menos ardientes pero que se confiaban sus rutinas en la sobremesa. Simpl

staba muerta y no

orio para tener el valor de dejarlo, de romper mi vid

r miedo a enfrentarnos al mundo sin el otro, o por conservar un recuerdo vivido de lo que un día tuvimos y seguir aferrados a una historia que ya no existía o que como mínimo, estaba muriendo. S

as dos opciones

orrecta, o sería

ncar a mi costado, decidí tomar la laptop y volver a meterme a la web,

para todos :mentir y fingir. Eso, básica

rejas y fingimos que lo h

iera despertar de mi perfecta farsa. Eso justamente, había sido el detonante para ver como todo a mi alred

, ¿Es

había estado dedicándome tanto de su ti

rándo

ba sabiendo que él esperaba que escribiera algo más y yo me mordía l

casado

evidente que lo era, o no estaría

mos a

onstantemente a mi lado para aseg

s y evitemos las pregunta

que estuviese haciendo físicamente nada malo, pero la intención no era del todo buena. Y ya hacerlo a su costado, era u

personales, nos quedan

segundos hasta

seamos capaces de crear entre tu y yo. ¿Q

del lado de mi marido para hacer aquello, que tanto espanto me producía pero a lo que no iba a renunciar. El golpe de adrenalina me tomó por sorpresa y casi podía jurar que sentí mis hormonas

s de ver el rumbo que podía tomar aquella no

re sh lengua y sus manos, obligándome a jadear de éxtasis.Haciendo que disfrute cada segundo que están dentro de la boca del h

zando a cruzar una línea que no tenía retroceso y con la total certeza,de que no q

honda que le practique mientras le aprieto los dedos entre los mios, la obligue a gritar y no sea capaz de controlar ni uno solo de los se

n aquel hombre, que no exigía nada de mí, y me estaba haciendo obtener demasiado de nuestro encuentro

o de la mañana, y tuve que masturbarme por primera vez en mi vida en la ducha, luego de saber, las diversas m

ardín, pensando en la noche de efervescencia que había tenido junto a un extra

ntro que habíamos tenido la noche anterior en la cocina, lo habí

móvil, pero entendía que era algo en extremo personal y qu

o, y sin saber como ni por qué, acabé con el te

ro oculto. Más intriga

rar del otro lado del apa

o de la línea me reconoció la vo

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