ra bastante tarde. Me dejé caer en el piso de una sala que ya no era ni la sombra d
s compras, al menos, pues en mi alacena ya no tenía
ción que me congeló el alma. Una niña, de escasos siete años, que era la viva imag
a pequeña, escudriñando con la
sos ojos marrones que se posaron sobre mí. Yo
nas y a mí nos gusta venir aquí a jugar. Jugamos a que s
-sentencié con la voz ahoga
por el lugar, como si estuviera fascinada con lo limpio que s
usité a punto de
do a sonreírme-, tendrá
saba por mi cabeza era lo que había pasado, yo no i
de agitar su mano frente a mí, y entonces se fue, dejándome
ves para conducir hasta una cas
día creer que él hubiera hecho eso, no q
arle cómo estaba yo, pero eso tal vez me lo había buscado. Aunque
n diferente a la que minutos antes dejara mi casa,
egunté con un
a mí sonrió, neg
ina, que retumbó en cada célula de mi ser, adolecien
ligué a tragar el grueso de saliva que me est
-pregunté fingiendo que no me
a la sala de una casa que
dejó, sin saber que dejaba atrás una
isto a mi hija. Estaba tan feliz de verla de nuevo y tan do
is brazos y llevarla conmigo a la fuerza, inspeccioné cada parte de esa sala, dá
e que entraba a la sala, mientras mantenía la mirad
cia? -preguntó mi
mataba. A él yo lo amaba con toda mi alma y, aunqu
-informé, inten
sonrió c
se tono frío que me quemaba la piel, pero solo fingí que eso tampoco me hacía daño, y le
rrera -añadí co
árgate de mi casa -
con ese gran hombre que era mi abuelo. Pues, aunque las cosas entre él y yo estaba
l llegar de nuevo a mi casa y encont
egunté con cierto enfado al h
ja?! -preguntó a gr
ues yo no tenía ganas de discutir
a -pidió furioso-, e
l vez si es
él-. No puedo creer q
bufar una risa que le molestó demasiado-. ¿
hija -argumentó F
mala del cuento, pero no lo era, aun
con las que venía esta casa era que yo no te diría nada. Así que no v
mó ese hombre, furioso-.
tir sobre ella con él. Yo no hablaría de Liliana con él, n
tenido que hacer y por lo que había tenid
a -pidió Fabián y me mordí el interior del labio hasta sangrarl
buelo con esto? -pregunt
l algo que siempre esperé, y qu
regunté levant
caer en mi perfecta actuación-.
eguré, mintie
tenerla. Además, Liliana era de mi abuelo mucho más que de nosotr
estoy cansada, y me pudre el
a, de nuevo, y él se fu
necesitaba comprender la confusión de ese hombre cuando ni siqui
la tenía, así que salí de nuevo de la casa, subí a mi auto y cond
cosas en el día. Además, yo debía levantarme temprano a la mañana sigu
quedarme completamente dormida, luego de darme un largo baño qu