la subía. Mientras más sub
la tierra, me aterran las al
tulo N
sentía así. Habían pasado tres meses viviendo en Ca
í mismo algún empleo que le ayudará a
la empresa que quedaba a unos kiló
jorando el proyecto que presentó antes y
qué jamás habían escuchado de ella antes, a pesar
eños nano robots industriales que podían facilitar la recolección de datos. Ade
a a ser ascendida nuevamente a las instalaciones principales de esa gran
tener sus pequeños lujos, además de darse algunos gustos y lo más importante, empe
pronto estarían abonandole el dinero de la deuda
que más le fasci
*
s apoyando su trasero en el inicio de su escritorio, mordiendo su mej
de otro con sonrisas y miradas inocentes mir
risa sin poder dejar de lado su emoción, el cabello azabach
r. No pasaran ni las puertas del ascensor conmigo si
ed- se quejó Yous
il prefería mantenerse un poco al margen fingiendo que no tenía nada que ver, cuando todo eso,
edio?- dijo este intent
mente cargada- está cargada y no tenemos miedo a usarla- los demás sacaron una de distintos colores, rojo, azul, amarillo, y una
ás su diversión y se rió de mane
dijo Inma, sin borrar su sonrisa. Moha
la reunión con los inversionistas y que posponga mis cit
risa y luego salió de la oficina busca
regunto ella formalmente a la
isa asintió y luego hizo lo que pidió. Regreso a la oficina y los miro- sube las manos y camina hacia afuera, ya podemos proseguir con el plan- fue lo que di
guiño uno de sus bellos ojos café claro, que daban una pe
sor, un movimiento en falzo y terminarás mojado hasta los
r sus cuatro amigos que no dejaban de apuntarle con sus pistolas de agua, Luisa r
. Al llegar al primer piso, se quedó levemente asombrado al no ver absolutamente nadie de seguridad, y que todos sus trabajador
migos, estos formaron
mpapado- advirtió Youssef interrumpiendolo, este le
esa, frente a este había una linda camioneta color negr
de la camioneta para que subiera, y luego de subir le siguieron los otros tres, In
s, pero sabía que todo ese show
*
oja teñida, está asintió sin expresión alguna, a pesar q
ar de ciudades- explico con tranquilidad tratando de no perder los estribos como la primera vez que hablaron de mudarse- además, no
imiento?- se quejó él, la mujer lo m
y si. Thiago aún no conseguía empleo, los puestos que el solicitaba les exigía saber francés a la perfección y el a
tory por qué era donde estaba la em
el maldito tiempo, Lina- dijo en tono serio y molesto caminando a la puerta de l
el azote de la puerta- mierda- se quejó
lo aunque se
la culpa de nada, que eran sus padres quiene
s y esas actitudes recorriendo sus venas y esperando a ser liberados. Que en algún momento las sacaría a rel
con él, para sacar la verdadera esencia que tenía bloqueada. La verdadera esencia
ue sería capaz de hacer temb
pero tampoco estaba tota