s despertó por los llamados de la mujer, restregó sus
ormilados y su cabello castaño claro algo largo estaba totalmente e
ros apenas se divisaban por la luz de la lámpara de la mesa de noche
nito y dotado, pechos no muy grande pero si pronunciados que resaltaban en el escote de la prenda de tela fina que usaba
manos mirando fijamente su entre pierna, donde había u
r, la mujer bajo una de sus manos por el pecho del hombre hasta llegar a la erección del mismo. La piel se le eri
su regazo, obligándose a sacar aquellos pensamientos
o la cintura con una de sus manos y la pierna de la misma
más y se acercó
embro de este por encima de la ropa, lamió el lóbulo de la oreja d
sta, separándose de ella para u
*
meante chocolate con malvaviscos en sus manos. Observand
a a los hermosos ojos miel de aquel hombre que recordaba
jado de manera extraña cuando intento hablar con él para darle la noticia de que
le, la casa donde habitaban él y su fam
o la taza de chocolate a sus labios pálidos. La nariz de él estaba roja p
iento. Era extraño verlo en el día con el pelo tan amable al viento, siempre
como un recuerdo vivido, donde le hubiese gustado que todos aquellos sueños que habían teni
. Negó con la cabeza, con su sonrisa apenas presente r
n lo que le ayudaban a seguir y le daban el valor de continuar esper
n esa aplicación. Pueden buscarla con este nombre, original en todos los sentidos. Si des
tora t