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Historia
Tierra De Leyendas - El Mal Nunca Muere

Tierra De Leyendas - El Mal Nunca Muere

Autor: JAEscritor
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Capítulo 1 Prólogo

Palabras:4988    |    Actualizado en: 23/04/2022

al le preocupaba mucho, luchaba por cubrir muy bien a la criatura que llevaba en sus brazos, el pequeñín gritaba con todas las fuerzas de sus pulmones.

la fuerte lluvia muy propia de aquel país donde se

Grindal-. Le saludó el

fos. No había tenido oportunidad de asearse, ni siquiera de comer algo. Con sus ropas andrajosas y sucias, de inmedia

para la ocasión- dijo Grindal bajando la cabe

ita social ni mucho menos-. Le dijo la re

a estaba pasando su peor época, una plaga había invadido sus campos echando a perder sus cultivos y matando a su ganado, eso sumado a la mala administración del rey, había llevado al país a una crisis económica y de alimentos, su gente en campos y ciudades estaba muriendo de inanición. Fue allí cuando Emerson el medioelfo, le tendió la mano a su vecino del sur, le proporcionó comida a precios bajos y dinero en modo de préstamo. Pero Wenceslao era muy soberbio y orgulloso, no aceptaba que mientras su puebl

se aproxima. Los ejércitos de Wenceslao y sus aliados, están muy cerca de este lugar. Ayer mismo sufrimos una de nuestras peores derrotas, en las proximidades del gran bosque de robles. Fuimos masacrados, aho

e ha venido a ayudart

ho tiempo perdieron su honor, ahora son solo comerciantes, ya no les interesa lo que pase en el mundo, solo les interesa tener dinero y acumular riquezas, las épocas de los grandes ejércitos de enanos quedaron muy en el pasado. Los elfos por su lado y con r

he tenido que atender ciertos asuntos en diferentes partes. Algo está por suceder,

fieres?- preg

o hace mucho tiempo no sucedía. Quizás sea solo coincidencia pero creo que este ataque de Wenceslao y Britania c

o tiempo y ahora que me dices lo que tú piensas lo mismo, creo que estás en lo correcto. Algo en el mundo está cambiando, las alianzas se desvanecen, los hombres y su ambición sin límites,

ro tanto que se dividieron en tres reinos, el reino de Modeira, el reino de Calejas y el reino de Saravia. Después de muchas guerras contra este pueblo tan solo quedaron reducidos al reino d

a del reino, el fuerte del rio Rigalia. Wenceslao el temerario y su colega Abel el rey de Britania entraron triunfantes al castillo del rey Emerson y reclamaron allí su victoria reclamando la total rendición del reino y la completa sumisión de Emerson y su pueblo a Moravia. Pero Emerson sabia de la ambición de Wenceslao. Desde hace mucho tiempo Wenceslao tenía planes de invadir y apoderarse de aquella fértil y rica tierra y ahora que la oportunidad se le había presentado no la iba a desaprovechar. Emerson sabía que Wence

taban muertos. Ahora más que nunca la misión de preservar la vida de aquel pequeñín era más importante. En sus manos viajaba el último gran medioelfo de sangre pura, el legíti

otaron a los medioelfos y ahora se encaminaron hacia Pridelia, la ciudad capital del reino medioelfo. Wenceslao y Abel arribaron al palacio real y se apoderaron del lugar, ondeando

staba el trono del reino. Allí sus hombres tení

ara triunfante en esta ciudad y que por fin me sentara en este

ionado, maldito asesino

decir esto Wenceslao hizo un ademan y al instante uno de los soldados entró al salón escoltando a un niño. –Ven hijo mío, ven y siéntate con tu padre y nuevo rey de estas tierras-. El niño, Prim

trono es muy cóm

atinó a contes

y mirando a Wenceslao dijo –no hemos podido encontrar al pequeño, señor, fuimos a su h

izá, perdone tu vida y la de tu perra-

ras al pequeño-. Respondió Emerson al mome

lcanzó uno de sus hombres, luego hizo un ademán que uno de sus soldados en

o –parad. Esto no estaba en los planes, en ning

quees. Además solo puede haber un rey de Saravia y ese soy yo a partir de ahora-. El rey Avanzó hacia Abel y le

conste con que no estoy de acuerdo con e

l soldado y este

seo final su alteza?-. Se

su esposa, luego dijo –espero algún día mi hi

suyos, dijo –prometo que muy pronto tu pequeño hijo e

el rey y la reina de los me

reprendió diciéndole –no te tapes los ojos, mira. Esta es la forma en la que tu padre se hace grande, tan grande como algún día tú serás y cuando llegue ese día, recordaras estas palabras. Un rey nunca muestras debilidad, un ve

y hizo pasar al gran salón a una miembro de la servidumbre del palacio

nos donde está el primogénito del rey, donde eta

ozos y lágrimas dijo –el rey......mi rey....un hombre......un mago...se lo

escogiera a los mejores de sus exploradores e iniciaran la búsqueda del mago

nas gruesas cobijas. En la mesa una vela que iluminaba la pequeña sala ya perdía la batalla por permanecer prendida pese al vien

ncertidumbre de quien había golpeado de tal manera la puerta de su humilde casa. La mujer tomó fuerzas y se paró de su cama, vio a su esposo que aún seguía profundamente dormido, aprovechando la poca luz de la agonizante vela, se puso las chanclas y una manta para protegerse del reinante frio y se dispuso a abrir la puerta. Cuando tomó la manija de la puerta para abrirla dudó un momento y se dijo así misma

tas de esa manera y a estas horas de

s sentí unos duros golpes, que alguien tocaba la puerta, me levanté para aver

n la agonizante vela y la sujetó con una mano, mientras con la otra sujetaba el pesado machete. Le hizo señas a su esposa que abriera la puerta mientras el empuñaba el machete, esperando encontrar a alguien del otro lado de la puerta. Sirna siguiendo las instrucciones de su esposo, le quitó la traba a la puerta y se dispuso a abrir

nda hay?-. No se escuchó nada, ninguna respuesta, solo el caer d

da del viento y aun iluminaba, muy tenuemente pero aun lo hacía. La vieja con mucho cuidado, tomó la vela en sus manos y se dirigió a la puerta. Allí y con la colaboración de su

er-. Dijo Tamir un tanto incómod

ta yacía un pequeño canasto, en él había varias mantas, no lo habían visto porque la luz de la lámpara era muy tenue y no les había permitido verlo a primera instancia. La mujer, entonces se agachó para coger el pequeño canasto, eso

niño!-.Exclamó la mujer en una m

levarlo adentro, está

mbiaron unas mantas que estaban mojadas y lo envolvieron en una cobija que aunq

aba al bebe, Tamir revisaba la pequeña canast

Dijo Tamir alzando una peq

a haz enc

entre las mantas qu

ene adentr

jó una mueca de incredulidad, luego

de su esposo para cerciorarse que lo que el hombre le decía era verdad. En efecto dentro de la bolsita había por lo

tras su esposa examinaba cuidadosamente las piezas de oro y plata, Tamir volvió a hablar en un tono serio, ese tomo que Sirna conocía muy bien, el tono que su esposo usaba cuando q

rrió hacia la cama y de nuevo tomó al niño entr

no ves que es un regalo

jo -entiende mujer, esto es demasiado raro, no quiero tener problema

s esto, por fin Dios ha oído mis plegarias, por favor-. Las lágrim

inero visitando a renombrados conocedores de las ciencias médicas y brujos, pero ninguno había logrado tener éxito en la tar

al ver que este último le devolvía sus caricias con sonrisas tiernas, Tamir puso en duda su fe, en toda su vida y por

faltaban algunas tablas y las que habían estaban carcomidas por los insectos y parecían bastante inseguras y a eso había que sumarle que las cuerdas se veían viejas y gracias a la humedad y el paso del tiempo estaban podridas, en resumen cruzar el puente era una tarea peligrosa. El mago con mucho cuidado trataba de cruzar el peligroso puente, había dejado su caballo aun lado del puente y avanzaba cuidadosamente, mientra

án a este niño, no permitiré qu

una causa que no es la tuya, entré

r que entregar

ba de cruzar el puente se demoraría mucho y seria alcanzado por una flecha, si t

, este último era un hombre joven, el más joven de los presentes. El muchacho con habilidad sacó una de su

viento y dio justo en el blanco, Grindal Sintió el dolor del impacto y luego la tibieza de la sangre que le bajaba por la barriga, la flecha se le había clavado en el costado, luego tomó una respiración profunda y se lanzó al rio. Sus perseguidores vieron como el mago bajaba en caída libre y se estrellaba contra las enfurecidas aguas

cajada de manera macabra siendo imitado por todos, seguido puso su pesada mano en el hombro del joven como se

lo?-. Preguntó sorprendido Wenceslao. –bueno, el idiota nos ahorró el trabajo. Que l

las con Abel, pero sabía también que manejar a Abel le iba a ser muy fácil. Le tranquilizaba saber que ahora que se había extinguido la línea de sangre de Emerson, ya nadie en el futuro vendría a reclamar el trono del país de los

de casa muy cerca del rio, allí viva con su padre y su madre y sus dos hermanas pequeñas. Pero Blas no quería ser pescador por el resto de su vida, el soñaba con muchas cosas, con recorrer el mundo, con conocer lugares inimaginables, con conocer a los elfos, cada noche soñaba con aquello, soñaba con empuñar algún día una gran espada con sus manos; pero mientras tanto caminaba en dirección al gran rio.

amigo, que

e, estaba inmóvil. Blas se acercó sigilosamente, cogió una parca de una rama, alargó el brazo y tocó al hombre, pero no

l rio y el niño le mostró al hombre el lugar dond

o gris que le bajaba un poco más debajo de los hombres, del cuello le colgaba un amuleto en forma de triángulo en cuyo interior estaba grabad

con entusiasmo. –este hombre es un mago, un hechicero del noreste diría yo. No

matorrales y pusieron su cuerpo débil y ensangrentado que se debatía entre la vida y la m

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