o apagando la alarma desde mi celular. Maldito seas
. Eran las ocho y treinta de la mañana. Estirándo
crado, cansado y ojeroso. Lo mis
es cobrizos de mi madre y los rubios de papá empezaban
eleste hielo que asustaba a cualquiera. No
ientras me daba un rápido baño. La época de los jóvene
y tomar unos bóxers limpios. También un jean grisáceo, una camiseta color naranja y unas Nike n
de banalidades las
sor mientras me p
alta y no pasaron dos segundos para que e
ceja viendo cómo a un lado de ella había u
tíbulos llenos de estas muñecas y muñecos se han extendido por megalópolis como Shanghái, Pekín, Chengdu y Tianjin.
s. La gente cada
encuentro sexual con una muñeca que seguram
te en un reproductor de tercera dimensión por lo que en lugar de ve
cumpleañ
mpleaños,
Lucían muy sonri
ambos- dije
, por fin vendrás a casa hoy- res
adre sonriendo lleno de orgullo- ¿Qué
poniendo su mejor sonrisa- ¿Verdad que sí, Adriel? Porque ya te est
limón?-
un mousse de chocolate co
eliz mientras les oía reír- ¿A
luego de semejante ingesta- dijo burlona y mi papá le sacó la lengua. Admiraba
ró, había una l
arde, ¿Okey? Los amo- les di
ra a mi buen amigo asiát
ro!- dijo sonriente
ermano, ¿Qué hay d
e era y que sin él literalmente no ligaría jamás. Odio hablar de mí mismo, odio preguntarle cosas a otros sobre ellos mismos,
ablas?- pregunté y en ese pre
illó em
me lo había perdido- dijo feliz
je, como si pu
ante grande estaba ahí. ¿Cómo sabía ese t
eta para firmar y sin ver
ta centímetros de alto por un metro y medio de an
poco, pero
e la sala y fui por el celular
overlo, me matarán en el trabajo
llamarás a la oficina y te reportarás e
aré cuando vuelva,
- se quejó per
lgar y lo vi sacar el dedo de el medio un segundo ante
o, de qué puta broma
partamento para llegar a mi motocicleta y tal