And
ea, ap
ía sigo pensando que estoy cometiendo una locura. Mi rostro está maquillado a detalle y mi cuerpo, cubier
alida de amigos -susurro,
nificativos, se siente extraño asistir a una fiesta de fraternidad con uno de los c
brincar, acompañado de las p
lama, con i
spondo, rodan
a puerta. La abro y él está del otro lado, con
o, frustrada-, no creo que sea
o mi bolso, guardo las pertenencias esparcidas y que sé, nec
encuentro a mi ac
ro, siento el calor sofocante de su mirada y mi piel se eriza como si sus dedos me tocaran. Mis nervios aument
lista. -
rance y sacude su cabeza, com
que lo hag
stas últimas semanas, no interesarme por él. Esa parte diferente suya, tierna, divertida y preocupada, que
Pero cada día, al darme los buenos días, sus ojos brillan; se preocupa por mis clases y me ayuda en los
pero me gusta que así sea. Borra un poco e
eri
haga en absoluto. Tengo la seguridad de que, por su cama, durante la última semana, han pasad
soy es
de ciega estoy. Y como aun no comprendo las razones por las q
imero, porque yo caería rendida a sus pies; su sex appeal me encandila demasiado y mi cuerpo, no se negaría a una noche con al
ientemente interesante para q
erio y sin esperarm
co mortificada y
rdura contr
ente, me da el bajón, pero es mejor que haya sido así. Caminamos por el pasillo de la residencia, él delante de mí con un paso apurado,
abido que sería así, mej
hris se gira con rapidez y al ver mi pose, mis brazos cruzados y u
nterrumpe. Suspira-. Lo
lar. Él está nervioso. Estaba huyendo de mí. Lo que es irónico,
ngiendo confusión, pero la
mí. Esta vez se acerca demasiado, tanto que siento su aliento mentolado chocar contra mi boca; sus manos se
. Quiero quitarte ese maldito vestidito que me trae loco desde que
s acaban de mojarse con sus palabras y el tono sugestivo de su voz
ero echarlo t
ja color rojo pasión,
-Frunzo
ia el fruncido entre mis cejas. Una sonri
s demás. Y aunque mis ganas de follarte aumentan con cada
mos perderlo? -me a
Me suelta y da un paso atrás. Me mira ahora a la distancia
tentas...
cabo de pasar. Expuse por completo mis sentimientos-. Y sería muy difícil para m
. La decepción duele, pero yo sé muy
e recompongo
stimo lo sucedido. Salgo del todo al aparcamiento, liderando el camino hasta su auto. Siento la mirada de él sobre
ón y me subo. Lo veo cómo rodea el auto, todavía con una mueca extraña en su rostro. Me dan ganas de reír, porque c
.
tenemos que dejar el de Christian una cuadra más abajo. Yo pretendía bajarme y entrar sola,
o en más de una ocasión. Al final, termino agarrada del brazo de Christian
ón, no pretendo pelearme co
da. Y aunque debería call
ué lo h
miren -dice, luego de m
r a alguien? No eres quién par
n, puedo notarlo. Sus
í lo quier
go que él no tiene ningún derecho a privarme de nada. Si se me da la gana de rev
a que él decida darle una oportunida
vía no entramos siquiera a la inmensa mansión. Cuando atravesamos la cerca que delimita el perímetro, todos saludan a Christian, le brindan de sus bebidas o le habl
ndía desahogar mis penas hoy, ya veo que
uelto de Christian. Él me mira y en sus ojos noto algo extraño, pero no dic
adas, olor a sudor y perfumes demasiado fuertes llegan a mi nariz y hago una mueca de
estas, odio veni
y se puede respirar. Un espacio amplio, que creo funciona como comedor, alberga todo tipo de bebidas y alimentos. Christian toma dos vaso
más -exige y yo asiento. Quisiera decirle que no soy
sus intenciones y acepto el vaso con un asentimiento. Lo acerco
el suyo y me mira con intens
i lengua y baja por mi garganta, con un ardor soportable. No soy de muc
licioso -digo, dá
o si me estuviera regañando-, si te embo
pero a pesar del dolor, busco las fu
ayor de edad y no es la primera vez que asisto a una fiesta de fraternidad. Antes de ti tuve una vida. Si tanto te mol
eta su mandíbula. Muchos nos miran, siento sus ojos sobre nosotros por la curiosidad de lo que sucede. No recibo r
ultad, su cuerpo está demasiado cerca y nuestros pechos ch
r de todo, no respondo-. Pues Andie,
ja tirada y sola en esta fiesta a
les. Hasta el día de hoy, nuestras interacciones eran sanas
ecido dar una vuelta antes de irme. Porque es l