l
ando escuchó los toques en la puerta
era cantando. Laura abrió la puerta y esta empezó a hablar como una cotorra. -Laurit
¡Tener que atender a
. Pero me sient
ordenó. Laura bufó con decepción y fastidio. Cerró la puerta tr
u padre. Al parecer, fue un cretino que embarazó a su madre y desapareció. ¡Ni siquiera un nombre tenía! Después de la muerte de su madre, quedó en manos de su abuela y su tía insoportable. Su abuela murió cuando ella empezaba la pubertad y quedó en las maléficas manos de su querida tía, quien siempre la criticó y trató como un pedazo de basura. No perdía la oportunidad para echarle en cara el que tuviera que criarla por lo irresponsable y resbalada que fu
u madre, estuvo en un orfanato por varios días hasta que su abuela la llevó a su casa. Pensó que encontraría refugio y consuelo con esa familia que ignoraba que existía, pero lo único que encontró fueron críticas destructivas y rechazo. Sufrió acoso const
, pre
mpre se interesó por el arte, en especial por la música y la pintura. Le iba muy bien vendiendo sus canciones y cuadros, a tal punto que no necesitaba hacer uso de su fortuna. Siempre fue muy independiente y autónomo. Sus padres se separaron cuando él tenía diez años. No tuvo una vida estable, ya que su mamá se fue a vivir al extranjero y se lo llevaba cada cierto tiempo. Durante años estaba con ella y luego unos cuantos con su padre. Lo más loco de esta familia es que su madre y su padre no volvieron a casarse ni tuvieron una relación amorosa con alguien más, pues nunca dejaron de quererse. Cada vez que ella regresaba de viaje se, quedaba en la casa familiar, en la misma habitación del señor Mars; y, claro, vivían un tiempo como novios hasta que ella se marchaba. Otras veces era él quien viajaba para verla a ella. La