img Rashad, un Rey Perverso  /  Capítulo 4 Cap. 3 | 6.78%
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Historia

Capítulo 4 Cap. 3

Palabras:2088    |    Actualizado en: 12/06/2022

ass

taci

e parte de Séfora, que no esperó que yo girara hacia ella,

resencia de ese hombre, pero ninguna

cedí unos pasos negándome a mostrarme com

recer de este lugar, y no volver a verl

ver esos ojos azules ni la risa burle

gar con el demonio, yo no iba a ser un

mentos, pero al mirar a este cielo tan azul, s

esperanzas

z fuerte de esa guerrera hizo que mi cuerpo

a baña

ada más, cuando mi cuerpo fue atajando en sus hom

e, todo mi cuerpo quedó escurrido en agua, mientras solo pude mirar furi

go me agaché dando la espalda par

ería muy pesado de cargar, y ni siquiera p

al ver a la rubia llevarme hasta la orilla de nu

pesaba el doble, y antes de que pudiera exigirle aquella mujer

os? -pregunté

o sab

daron las otras mujeres y la mirada fija de Séfora se clavó en

en su mirada, me dijo que

l día de ayer, esta mujer me metió a una especie de calabozo

a... -mi mandíb

a hacer

o que sacó un puñal de su estóma

comenzó a rasgar mi vestido con su daga, mientras

azos y piernas por la premura y rudeza con la que ejecutó dicho acto, y aunque

nalmente y yo llevé mis ma

e era débil, y que de cualquier forma es

e encontré desnuda, y yo no pude sino pegarme

rdenes... Te quedarás aquí, así, desnuda durante toda la mañ

tampoco asentí y eso por sup

rás cuando tomó mi cabello

hé la res

í.

Vamos pro

de hierro cerrarse, y abracé mi cuerp

údame... -susurré mientras met

*

ánta

r una visión borrosa de la r

de manta, y me levanté de inm

sto, y a

lgo sobre mi cuerpo, y fue un alivio imp

y mi corazón comenzó a latir al saber

cuanto salimos por un pasillo que nunca había visto, pude

a una parte anexa al palacio y me di cuenta rápidamente, de q

y llevando grandes bandejas de com

asintió frenándome en seco y tomándome el

pa de ustedes -la mujer rubia que ahora sabía se llamaba Kalesha, les indicó

bia, pero antes de que pudiéramos desaparecer de la cocina,

gún truco... Est

pero yo no respondí y qui

escapa o hace algo que me haga enojar...

empo, y en cuanto mi mano fue tomada por una de esas mujeres que me sonrió c

s camas. En cuanto la segunda mujer cerró la puerta, se

ntí-. Mi compañera es Suri... somos servidumbre de la cocina..

me odiarían por mi nombre, pero debía haber mil no

i, que también la miró

Radin? -su pregu

so

emblante, y sus acciones

emos a buscar en unos minutos pa

la se fuera, me atre

mbién a mi

egó un poc

yo...

Suri y luego apresuró a Mara pa

uego me giré para tomar el

rcibida, pero lo que me preocupó es que n

n, cuando la puerta se abrió y me obligué a levantarme de la cama. Su

plato servido para mí, pero cuando mis ojos de

Mara se giró para observa

cido... y est

gu

comeré.

mi pueblo, no acostumbrábam

seguida, y luego obser

veget

suré porque mi estóm

luego lo sirvió en otro plato limp

n intrigadas por mi presencia, pero por alguna razón

apareció en mis labios cuando recordé que mi padre y yo solíamos ir

en cómo a esas mujeres mayores les brillaban los ojos cuan

os, porque cuando puse el tenedor para ob

no puedas salir de allí... pero por la noche... -ella sonrió y mi piel se encogió-. Por la noche se

me levanté un poco agit

o que te portes bien... Suri y yo... tenemos hijo

dec

empo para sentirme tan cansada, tomé un

as sacudieron mi cuerpo. Mi madre apareció rápidamente en mis

r a esa mujer

te a mí, y vi que buscó una peineta

idado, y luego me giró pa

lo nec

se sacudió con fuerza. Esta ira era imposible de sostener, y

a prestarme? -ella asint

ue... debías

de aquí e

y pareció encontrar uno del

tamente y sin esperar su indi

a a todos los pasadizos después de la cocina, por

y si obedecer me podía hacer pasar por un per

ra se detuvo y dio dos golpes fuertes e

dassa... -esta era la primera vez que ella

n puño y luego as

con Kalesha, pero esta vez, fueron dos hombres guerre

ron a Mara, y luego el otro, m

ó a cambiar, desde los pisos, l

ata, estatuas de muchos animales en forma de círculos, y algo quemándose d

ito que mi pueblo solía repudiar, y el lugar donde me encontraba parec

íbula se tensara y que mis ojos solo se abrier

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