y nosotros ya seamos mayores de edad. Mis padres no son la excepción. Aunque tengo 27 años, aún me sobreprotegen como si fuese una niñita de cinco años. Aque
dad es que no quiero formar una familia y amararme a un hombre, nunca lo necesité y mucho menos lo necesitaré. ¿La razón? Simple, no creo en el amor y el matrimonio perfecto. Dejé de creer en ello desde hace años. Antes creía que era sufici
de la hora, comienza con sus reproches. Discuto con él, siempre es lo mismo. Quiere intervenir e
Tú no puedes obligarme a hacerlo,
madre a los 27 años ya te tenía a ti. Ella siempr
su estado de salud, así que inhalo y luego suspiro. Trato de controlarme-.
ortamiento demuestra que tienes la mentalidad de una adolescente de 17 año
hes me tie
todo lo que esté a mi alcance con la compañía. Mis trabajos son impecables. Sabes que si te sigo ayudando hasta el día de
rfectamen
oras mis esfuerzos y
ste y desilusionado al
i paciencia cuando trata de meterse en mi vida y más todavía si tiene esa estúpida idea del matrimoni
todo el tiempo. Su bigote perfila muy bien su rostro y sus ojos castaños me miran con desilusió
. Sin embargo, no dejaré que te metas en mi vida. Ya no soy
anos. Antes de ella están los gemelo
rte feliz. ¿Acaso no comprendes que esas fiestas a las que siempre a
la burra
a misma discusión, la cual
ro y me alejo
o que arruine el apellido de la familia ni ta
al seguir mis movimien
irme, pues
, Mía? -repro
fiesta -farful
no tiene pies ni cabeza. Camina en mi dirección hasta quedar frente a mí,
s por tu bienestar -susurr
legaré temprano a mi departamento, te lo prometo. -Con una sonrisa si
espuesta, pero no le queda más op
ada con dos hijos. Por más que le diga que no, empieza con sus sermones, y eso es algo tedioso. Aún no me
hizo mu