o de la peluquería, el auto de Aida se encontraba estacionado, pero el de sus hijos, no, ni ningún otro coche, no pensó en nada fuera de lugar. Avanzaba por el corredor, luces apagada
escaleras, cuando las luces se e
detalle, la casa había sido totalmente decorada, la amplia mesa con galletas, budines, chocolates,
cumplas muchos más-
milia-. Horacio miró el paquete que su madre le entregaba, sus hijos vinie
o esperaba, sí que fue una gran sorpresa, a
predilecta-. Aida
hermosa esta noche, tu c
la –Gracias, es una o
ue felicidad verte, vaya, que grande es
ña, habían estado en Rio De Janeiro tan solo unos meses atrás, se habían tornado adictos a varios ritmos. En ese ins
o este regalo pa
de Leila el estuche azul con pintas doradas, quitando
mosura-. Excl
nto feliz y afortunada de que ustedes me t
remos Tía Leila,
cer llorar-. Leila soplaba con fuer
En ese momento Horacio fue rodeado de todos, ella lanzaba varios flashes, captand
o las bebidas llegaron, vino, cocteles, algunos tragos para los ejecu
a el cuchillo hacia los honores en cortar la primera tajada para Horacio, pronto se dio aviso pasa
a ensalada de pollo y curry, el ch
quien es
rant, ha estado en varios concursos, la ve
rió su cadena de restaurantes, son cálidos, acogedores, y su cocina
vechar nuestro tiem
odemos ir a cen
total nos quedaremos una semana más de lo pr
uedarán en casa-.
tu padre reser
recamaras de huéspedes con todo-. Horacio se quedó mirándolo
dos adicionales, será revitalizador, sauna, sala de ejercicios, salón de baile, piscina, masajes, dos restaurantes, en fin, nos
e casados que ustedes llevan- Leil
ue todos los días te
os malos tiempos qué
siempre te empeñaras en ser feliz-. George abrazaba
locaba en pie, y dio unos toques en la copa de
mbre del mundo, los años a tu lado han sido maravillosos, espero que lleguemos al final junt
s de todo lo maravilloso, me alegra tener un he
llorar, puedes humedecer e
nora risa, la emotivi
día, queremos decirte feliz cumpleaños-. Horacio abrazó a su madre, quien le entreg
la colección completa, el
ento Leila iba a colocar unas vela
r velitas, no se
ro es parte
velas en su pastel-. Todos se acerc
uardaba la caja de velas, en otra opor
fueron ocupando su lugar en la gran mesa, los platos y bebidas llegaron, algunos bocados, rollos de jamón, una ensalada fría, pollo e
s por Aida, eran unos portugueses que tenían un buen repertori
familia. Leila se despedía, aunque no madrugaría, tenía un almuerzo y por la tarde unas compras para la oficina. Sería un fin de semana único, iría a acampar con un amigo y su familia,
se tomaron un
da tomaba su lugar al lado de Horacio, inmediatamen
álbum que año tras año atesoraba p
iles, ya no se atesoran, pero
mosas conservar, y esta es una de ellas-. Kat sonrió acaric
tiempo que tomaba los abrigos del
almuerzo, en el hotel hay un res
do que se hosped
ho tiempo atrás habíamos programado darnos
trellas y lo mejor de todo, te sirven desayuno doble-. Horacio abr
, les esperaba una tina con burbujas. Mañana le