mujer sorprendió a Draco. No había esperado que hubiera nadie más ahí. Draco tuvo que son
as ese perro de vuelta con sus dueño
Sarah, no
enta de lo cara que es la comida para pe
oniendo los ojos
gente correcta, todavía. Encontraré a sus dueños la próxima vez
a que no tenía zapatos de estar por casa co
ensó que esa combinación tenía que ser bastante incómoda. La mujer, que había estado acariciando a Ese Perro detrás de la
eguntó mirándol
padres tuvieron una pelea y le pr
perro -miró a Ese Perro, quien le sonrió alegremente-. Por no mencionar
acercó
miré toda la noche y le prometo que enco
e se las había arreglado para abrir la lata y ahora estaba alime
ré a casa mañana declaró Snape y le indicó a
ía ahí. La señora Snape no lo quería... Bueno, la señora Snape
ors averiguarían prim
bargo, se disgustarán bastante cuando lleguen ahí y
está muerta -insistió D
n la cocina, se detuvo y miró a Severus
masiado listo como para hacer algo así. Nunca se arriesgaría a ir a Azkaban por una simple pelea familiar -explicó Severus calma
ía que su madre estaba muert
or hábiles elfos domésticos, pero estaba demasiado hambriento de repente y de alguna manera impresionado por el simple hecho de que Sarah supiera cómo preparar una comida a fin de cuentas. Su madre habría estado confundida sin r
tó brevemente qué habría visto en ella el profesor Snape. Pensándolo bien, ella sabía cocinar y tal vez podía hacer otras cosas igual de impresionantes a
Le recordaba muchísimo la oficina de Snape en Hogwarts aún a pesar de que alrededor del doble de su tamaño. Era sólo que estaba repleta co
s cosas? -preguntó
todos modos -viendo la mirada confundida de Draco, Snape agregó-. Ellos nos ayudan también. Es como intercambiar cosas por cosas en l
r qué de repente se sentía tan mal por se ric
na esquina del cuarto y Snape rápida
a algo mejor que esto, pe