Harry Potter Fic. Draco buscará su lugar en el mundo. Demostrando su lealtad y su compromiso ante su familia y su Maestro. Pero en el horizonte se le presentarán desafios que le harán dudar sobre sus ideales.
1
Draco Malfoy estaba sentado en su habitación de Malfoy Manor mirando enojado por la ventana un perfecto cielo azul veraniego. Preferiría nubes oscuras de lluvia. Habrían combinado mucho mejor con su actual estado emocional.
Había llegado de la escuela apenas hacía dos horas. Un chofer lo había recogido en la estación y lo había llevado a Malfoy Manor sin decir una sola palabra. Draco sospechaba que la razón de que el sirviente ni siquiera lo hubiera saludado apropiadamente era porque estaba luchando demasiado por no estallar en carcajadas ante la vista de Draco luego de que éste hubiera sido hechizado por Potter y su pandilla en el tren.
El mayordomo de la familia, quien le dio la bienvenida cuando entró a la casa mostró un poco menos de autocontrol. Había sonreído y había llevado a Draco directamente a la cocina donde el cocinero, quien además era muy bueno en medicina mágica, había removido rápidamente hasta el último rastro de los hechizos. A Draco en realidad no le molestaba la sonrisa del mayordomo. No había sido una sonrisa condescendiente. Era más bien del tipo conspirador. La misma sonrisa que había tenido cuando Draco era más joven y se había raspado las rodillas por escaparse por una ventana cuando su padre le había impuesto arresto domiciliario en una ocasión. Lo había llevado con el cocinero también entonces. Y nunca se lo reportó a su padre.
A Draco le agradaba el mayordomo y sospechaba que él le agradaba al mayordomo también a pesar de que difícilmente hablaban a menos que fuera acerca de negocios. Lucius Malfoy no aprobaría que su hijo charlara con los sirvientes comunes.
-Su padre salió a Londres para encargarse de algunos negocios con el Ministerio, me parece -le informó el mayordomo una vez que estuvo presentable de nuevo-. No volverá hasta la tarde y sugirió que usted puede cenar sin él si no ha vuelto a tiempo.
Draco asintió. Eso significaba que probablemente estaba atendiendo asuntos de Lord Voldemort y no del Ministerio. No estaba seguro de si los sirvientes tenían alguna idea de la afiliación de su padre con el Lord Oscuro. Probablemente no.
-¿Y madre? -preguntó para apartar su mente de preguntarse qué sería tan importante como para que Lucius no se presentara para la llegada de su hijo al que no había desde las vacaciones de Pascua. No era que Lucius usualmente estuviera ahí para saludarlo cuando llegaba de la escuela.
-En alguna reunión de té, me parece.
Por supuesto. ¿Dónde más podría estar? Narcissa Malfoy siempre estaba en una reunión de té o en otra. A menos por supuesto que estuviera a la mitad de prepararse para alguna. Draco difícilmente la veía. Sabía que ella lo amaba a pesar de que no estaba tan seguro con respecto a su padre. Algunas veces pensaba que sólo era algún objeto de prestigio para su padre. Como un trofeo para exhibir y jactarse delante de sus amigos y socios de negocios. Draco nunca estaba seguro de a cuál categoría pertenecía la gente que su padre le presentaba algunas veces. La diferencia era difícil de decir. Tal vez Lucius Malfoy no tenía amigos del todo. Draco ni siquiera estaba seguro de tener amigos él mismo. De alguna manera Vincent Crabbe y Gregory Goyle realmente no encajaban con eso.
Como ninguno de sus padres estaba en casa para hablarles, Draco fue a su cuarto para observar a los elfos domésticos desempacar el contenido de su baúl y esperar a que sus padres volvieran a casa. Su madre entró unos pocos minutos. Lo abrazó y besó y corrió para que su doncella elfa le hiciera una manicura. No tenía tiempo para hablar con Draco.
Y eso era exactamente lo que Draco quería justo ahora. Contarle a alguien acerca de su año escolar. Acerca de lo que Potter y su pandilla le habían hecho en el tren camino a casa, sobre todas las veces que se habían burlado de él, acerca de esa horriblemente buena escoba que tenía Potter, acerca de necesitar una nueva escoba también para ser capaz de ganarle en el quidditch, acerca de esa desagradable sangresucia de Granger que había sacado las notas más altas otra vez...
Draco habría preferido hablar de esas cosas con su madre. Madre nunca lo acusaba de ser inadecuado cuando le contaba sus cosas. La actitud de su padre hacia sus quejas era usualmente "estoy seguro de que todo es tu culpa. Simplemente eres una pequeña rata buena para nada, pero tengo que mantener las apariencias ante los demás".
Las apariencias eran la cosa más importante en la familia Malfoy. Esa era la cosa que sus padres tenían en común. En el caso de su madre era cómo lucía ella y el caso de su padre era la apariencia de una familia respetable y con buen funcionamiento. Lo último incluía un hijo con buen funcionamiento que obtuviera las mejores notas en la escuela. Desafortunadamente, Draco no podía complacerlo en eso. Hermione Granger simplemente era demasiado buena para él. no importaba cuánto se esforzara, Hermione siempre era mejor.
Y el profesor Snape simplemente no parecía entender. Seguía diciéndole que era un buen estudiante y que debería dejar de trabajar tan duro y simplemente disfrutar algunas veces, que no era bueno para él estudiar todo el tiempo. Draco usualmente le señalaba que, después de todo, estaba en el equipo de Quidditch y tenía suficiente ejercicio físico con su entrenamiento. Pero Snape insistía en que lo que necesitaba no era ejercicio físico sino relajarse y tener diversión. "Y no te diviertes cuando estás jugando Quidditch, Draco" decía "Te he visto bastante. Lo conviertes en un trabajo tan serio como tu estudio. Algunas veces pienso que obtendrías mejores resultados si no te esforzaras tanto".
Eso podía ser realmente disgustante. No era que no le agradara Snape por lo general. Él siempre estaba ahí para él cuando necesitaba ayuda o consejo, pero realmente odiaba cuando Snape le decía exactamente lo opuesto de lo que decía su padre. Eso lo confundía. Sabía que tenía que obedecer a su padre. Su padre, por supuesto, siempre tenía la razón. ¿Entonces por qué Snape no concordaba con él algunas veces?
Bueno, justo ahora ni Snape ni Narcissa estaban disponibles para hablar, así que tenía que esperar a su padre. Lucius era el único al que podían dirigirse los pedidos de escobas nuevas, de todos modos. Narcissa escucharía y asentiría con simpatía, peor no podía salir y comprársela. Ese era el trabajo de su padre.
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