ciosa me lo terminó de confirmar, lo que hizo que mi cuerpo se pusiera tenso por lo que pudiera ocurrir. «¿Acaso se
on el ceñ
era demasiado grande para no odiarlo. Aunque si era sincera conmigo misma, una parte de que fuera tan egocéntrico era debido a su aspecto físico. Odiaba tener que admitir que era demasiado sexi
gustaba alardear demasiado y
una persona como él. Tenía que tener un defecto, nadie p
iera estaba tan formal?», pensé mientras observé el traje de tres piezas color gris con una camisa negra y una corbata de
inado de m
tenía sonar tan
de mis facultades mentales. Esa forma de llam
té la
tás haci
pareció un bri
as invitar
graci
N
ián cruzó sus brazos y se apoyó en el umbral de la puerta. El m
una expresión herida y c
du
ó su
eso de b
io
é de nuevo, ¿Por
s a s
N
a de manga larga y que estaba cubierto de encaje. Lo revelador del vestido era su altura. Me llegaba a las piernas y por lo tanto están descubierta a que cualquiera las mirar
argo para evitar cometer homi
enos no está noche, así que te sugi
n insulto o algo parecido, pero nunca su nombre. Pero, ¿qué esperaba realmente? Ahora no tenía tiempo para sus juegos. El novio d
ación de su parte fue lo qu
es v
e quisiera irme de tu ca
, pero me detuve
i tuvieran un significado oculto y ese aturdimiento de mi parte fue lo qu
rlo cerca de mí. En forma in
e Julián entra
ió olerlo. «Era tan tonta», pensé mientras intentaba regular los latidos de mi corazón y como si necesitará un
ieran dándole una invitación. Sabía que debía empujarlo, pero no hice nada de eso. Me di el permiso de que mi vista también bajará sobre
tó mi madre, y eso me ayudó a despertar del embrujo q
empujando a Julián. Pero
madre, bajando por las escaleras-
ra, ¿
a?». Fue como si alguien me abofeteará en el rostro para hacerme comprender de golpe. No puedo, Johana, aunq
ver a Julián. Y lo encont
or Dios. No po
ndo la puerta detrás de él-, acabo de llegar y
ó a nuestro lado,
rdimiento, y señaló al imbécil que no dejaba la sonr
osa coincidencia? Sin embargo, cuando él dio pasos en mi dirección y tomó mi mano helada para estrecharla
podía ser cierto, lo sabía. Estaba teniendo una pesadi
ulián se acercó y sentí
onó serio, pero con una mirada m
upado en absoluto por mí y solo buscaba la m
emocionada-, me gusta mucho que y
e vo
y amigos en el colegio,
alejaba de su cuerpo. Necesitaba
uerido, ¿Y
testó, sin dejar de mirarme-, pero no te p
a tranquila se derrumbaba delante de mis ojos, y de pronto tuve ganas de gritar todo lo que pensaba hasta que levante la vista, y observe la sonrisa de Julián, y sentí como mi i
a que me observaba. Sin desear que viera mi inconformidad en todo, le sonreí
s un d
emorarse, ella abrió la puerta, mostrando una sonrisa radiante al hombre que tenía una similitud parecía a Julián. «Si tan siquiera lo hubiera visto una vez
te que no me había dado cuenta cuando Julián
o-susurró él en mi oído
dez, cerré mis ojos mientras dejaba caer mi cabeza en su pecho. Su aliento en mi cuello me hizo estremecer de una manera que no debía ser permitida, pero nada como su agarre en mi cintura para dejarme c
tinuó diciendo con voz ronca-, y crée
¿Q
ecortado que había soltado, y eso hizo cosa
de compromiso, y es por