naron esas tres palabras e
consternada por la noti
o empezó a nublar el poco juico que tenía. Tan poco que no me permitía pensar con cla
ordé la razón porque me mantenía alejada de él, y ese fue el impulso qu
dia vuelta y mirándolo con enojo-,
hizo más ca
na. Lo sé
tas cosas más, hasta que escuche la voz de Horacio Navarro detrás de mí. Ambos volteamos a verl
asaba las manos por su cabello de manera nerv
ezó hablar, y
uiero seguir esperando más por esto. -su mirada viajo hasta mi madre, y su confianza pareció
ián no había e
la encontré a punto de
a mano de mi madre, y se la besó-. Y quiero decirte hoy, enfrente de nuestros hijos-nos voltearon a ver
en una sola pierna, delante de ella. Para a continuar, observar com
ara ser tu esposo-continuó Horacio, al borde del llanto
l mismo problema en rete
él la detuvo
se hombre que te complemente como tú lo haces para mí. Así que con mi
paso, y
i, s
entía mis ganas de llorar por mí deseos egoístas y sobre todo haber deseado que el romance de ellos fuera pasa
los brazos de é
remos ins
béc
ovocar una escena escandalosa, así que dejé de insistir. Su aroma me envolvió por c
su padre le colocaba el anillo
ser-volví
que era: Culpa. Desear que Horacio no amará a mi madre era algo egoísta, y, aun así, lo había deseado. Era u
tuve que colocar una sonrisa. Falsa, pero una sonrisa, al f
cía genuina, así que cuando
por hacer
mi madre me
placer
me dio ganas de llorar de nue
única persona que me había
zos me
idades
en su voz, dijo en mi oído-. Me voy
imas a punto d
mamá. Eres una mujer ma
tado sola para mí, y
ro nuestro abrazo para después verlo sonriente-
que recordé la historia de ellos. Al parecer Horacio había decidió a consultar con mi madre por un problema en su dentadura. Y viendo que mi madre era una de las odontólogas más recomendadas de la ciudad, era un porcentaje muy alto
s actuaron normal como pacien
aparecer, y al parecer tenía otro problema dental. Y la consulta transcurrió de la misma manera que en la primera, y después de esa, hubo una segunda, tercera, cuarta, quinta, hasta que u
que fuera padre de Julián?», cuestioné en mi mente,
rigieron al comedo