a Ka
e su dolor lleva como carga en sus hombros la muy pesada responsabilida
y ser libre, pero, ¿cómo podría huir de mí?
e echo vivir no puedo odiarlo, quisiera saber, ¿qué lo conllevó a sentir tanto desprecio hacia mí?, pues esa duda no abandona mi mente desde incontables lunas y no he podido verle para preguntarl
ielo disperso y un fuerte suspiro d
tante, se siente como si viviera en un bucle infinito, en el tiempo, cada día, lo mismo, sin emociones o algo que me haga ver la vida de
toy cansado» pensé e
na, no me queda de otra que buscar la manera de tener un descendiente, pero mi dilema es: que desde que perdía a M
ierto la manera de hacerme tener a ese
ar a mi cachorro en su vientre, «aborrezco relativamente a lo
las venden como mercancía de intercambio, puesto que eso crea una alianza entre sus familias y
vida y es que tal parece que a mi compañero no le basta con saber q
erdad y aún lo sigo haciendo, pero que ya no está, y no quiero a nadie más, aunque sé
que son muy ruidosas y discuten todo el tiempo, eso sin contar que no respetan mi privacidad y por
ados, que parecen ser creadas simplemente para cumplir con obligaciones maritales; sin embargo, para ent
por la que debemos mantener un papel de personas obedientes, puesto que, lo que menos queremos es atraer la atención de los demás hacia n
spués de despejar
la manera de no ir a conocer a tu nueva esposa-, tras entrar a mi inm
necesitas de mí para traerla, ¿cierto?, o ¿es muy pesada? -, inqui
e mueca digna de él, juntando las puntas de sus dedos índice y cuando hace esos tipos de gesto que él cree gracioso yo quisiera arrancarle la cabeza por tonto. Claro está que es
? - pregunté por qué es a lo único que p
a de mis tres esposas, miré hacia donde las tres están sentadas, curiosamente
mbargo, les dejo claro que no pienso ir a conocer a esa mujer, ustedes tienen muy buenos ojos, o no lo notan - digo sarcástico
considero que debes conocerla antes, - señaló a las mujeres, - para que no suceda
el acuerdo de divorcio? -
divorcias de ellas, así que eso ni pensarlo, ya le encontraremos una so
uy lejanos, porque no puedes olvidar que ellas empezarán a envejecer y yo seguiré joven-,
como las mías-, me señala mi beta, su c
. -Entonces tonto, no te verás como mi padre sino como mi hermano, -los dejé a ellos reflexionando en cómo resolver sus propios problemas, porque ellos fueron los de las
s hombre-, lo escuché decir, pero tend