ani
os de ella, Lucy saltó y deslizó su brazo alrededor de los hom
ibujo. Ella es pequeñ
animó a hacerlo", respondió antes de co
don
Un lugar donde el aire no huele mal, donde la
delgada capa de pelo de camello que cubría sus hom
ató de
camino como si no la hubiera oído. Los buenos y los malos recuerdos. Son parte de ti, completan
arrodilló ante Ameerah
lastimarte -dijo suavemente. Un día vendrá y te abra
supo si hablarle a Ameerah oa la n
fuera durant
sencia. Él no la retuvo contra su voluntad en este hermoso lugar, pero sin su pe
tánico o el Foreign Office, no se atrevió a pedir que la sacaran de la casa del hijo menor
ica persona que hablaba algo de inglés, Fathia s
Allah. Mañana,
ía y ella podría regresar a su hogar. Mientras tanto, se había comunicado con el abogado que maneja
ros de la biblioteca de Hanif, explorar el
dó de escribir
ando regresó a Rumaillah. La conversación había sido tan informal y encantadora que Lucy se había a
encantaba verlos acurrucados a sus pies cuando practicaba sus ejercicios de árabe y cuando la seguían mientras paseaba a
Ame
una mezcla de simpatía y alivio al saber que había dejado de jugar para tranquilizar a su madre y que l
su patria. Entonces comprendió por qué a Hanif le resultaba tan difícil perdonar hasta el más mínimo error. Esa mañana
Ame
es alas, se dio la vuelta para atraparla y luego perdió el
lago, agarró el dobladillo del vestido de seda que f
te vas a comportar como un chico, tendrás
Ameerah soltó una carcajada mientras se liberaba de las
abía actuado precipitadamente, sin pensar en su tobillo enyesado. No tenía
ción se sintió como si estuvie