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levarse consigo a sus pequeñas; pero ninguna de las dos deseaba seguirla y Ethan, era alguien que deseaba complacer
a. Que su reclamo por la monotonía diaria, era sólo u
y estancada a su lado los veía muy lejanos. A su vez Samantha, imaginó que imp
les dijo su madre afli
un minuto y la que llevaba las riendas de guiar siempre a su hermana menor que ella por
Decidida se levantó saliendo de la habitación de una de sus hijas, cruzó por el largo pasillo hasta llegar a la habitación qu
tos y en ese momento estaba dolido. No sabía como actuar y prefería dar la espalda a la situación, a sa
sa limpiándose las lágrimas. Pero Ethan, no movió un ápice de su cuerpo, siguió observando el paisaje perdido
a la habitación donde estaban sus gemelas, consiguiéndolas todavía arrinconadas llorando
rdido, porque tarde o temprano se iría del condado. Lugar donde no había tenido la oportunidad de cumplir sus sueños después de graduarse. Observó el
s su hermana la abrazaba desde su espalda. Las lágrimas de Samantha, brotaron y por un segundo se arrepintió de dejar su hogar,
do por muchos y el cumplim
habitación que había alquilado, para pasar unos días m
no era amplia ni lujosa, pero si se veía limpia y agradable; estaría bien por unos días. Acomodó
con una excusa antes de comenzar arrepentirse otra vez. Prefirió envia
mayor estabilidad económica y complacer a sus hijas con pequeños detalles que siempre le agradaban y nunca alcanzaba el presupuesto. Compró el periódico matutino y llegó a un pequeño café solic
su boca y lavar sus dientes, untarse un poco de perfume, retocarse el sencillo maquillaj
, sus ojos verdes llamativos, su piel blanca como la leche, tan idéntica a sus dos hijas y ahora tenía un título en finanzas que le había costado bastante esfuerzo conseguirlo ya que Ethan, era poco pasible para que su esposa estuviese fue
en espera para ser entrevistadas también, respiró profundo al notar la lozanía y juventud reflejadas en esas personas, sobre todo las mujeres que lucían faldas como las de ella, pero mucho más cortas, sus blusas marcaban cada partícula de su cuerpo, parecían más pers
guntó el hombre que habían pr
de Samantha. El hombre arrugó su entrecejo continuando con las preguntas por unos quince minutos más. Saman
nformación de su entrevista
oficina, ya era la hora del almuerzo y sol
o fue el mismo. Llegó casi anocheciendo a su habitación, agotada física y mentalmente y con un hambre voraz, ya e
presupuesto estaba quedando en banca rota y aunque no quería aceptarlo había pensado en devolverse al condado, pe
ara otras alternativas. Hasta una simple y amable vendedora sería bueno para ella en ese momento. Reconocía qu
atos altos y muy poco maquillaje. Esto la hizo lucir algo más joven y atrevida, ese día se entrevistó con dos redes
us hijas y su esposo, esperando la llegada de Ethan y vigilando a sus adolescentes hijas con sus am
La preocupación la estaba embargando, su presupuesto decaía y ya ni para
cio que aun sentía en su cuerpo; cuando se estaba vistiendo una llamada ingresó a su teléfono. Después de cortar la llamada una sonrisa iluminó
mencionó una mujer que se presen
ha, con educación esperando que le
n lista de eventos eclesiásticos y retiros espirituales con varias iglesias. El sueldo va depender mucho de su disposición ya que ganará por comisiones de programación logística. Poco trabajo, poco sueldo;
sin saber como organizaría un evento. Ni siquiera las partidas de tortas de sus gem
po ya tenía el ritmo de la organización de eventos, aunque estos tuviesen una diferencia del tamaño del cielo a la tierra en cada uno de e
depósito de un apartamento y estaba empapándose ya
mos eventos a organizar ─ le entregó la s
moda para l
ro de personali
o para la Iglesia
no saliera corriendo con tantas exigencias; las jóvenes nunca tenían tiempo para organizar perfectamente un evento. La carga organizadora era demasiado y Samantha, cumplía a la perfección las necesidades de la tie
a no era suyo porque no había liberado la hipoteca, pero pronto culminaría de cancelarlo. T
odas las bolsas. El timbre sonó y ella se sintió un poco nerviosa. Nueve meses sin ver a sus gemelas y a su esposo, aunque se comunicaran todos los
tras ellas. Las tres se observaron y se lanzaron a los brazos de la otra, antes los ojos de ese hombre que
le había demostrado que podía mantenerse sola. Que era una mujer guerrera y en su interior deseaba que sus hijas fueran como su madre, mujeres con sueños de avanc
ervando el departamento y visualizand
el condado ─ pronunció Ivanna, ob
uiarla hacia los regalos. Ethan, solo observaba el panorama con las manos entr
as vacaciones, quiero gozar completam
n el hotel con los Freetman y los Hanks, recuerden que ahora soy una organizadora de eventos. ─ Le sonrió
su apartamento en los Ángeles, pero no la última y sus es
ndado sería el hogar de Ethan. Hasta la llegada de Ivanna, a los Ángeles varios a