so, quería hacer muchas cosas como ir a la playa, nadar o tomar un buen baño de s
na de frutero arriba de la mesa y se despidió de su papá de
ue saldría sin más. Megan se paró en seco, resopló y
n Paolo y sus amig
convención para los CEOs importantes de la Nueva York y que el hermano de su esposo iría junto a su familia, la cual detestaba enormemente. Y no era diferencias de ideas o algo por el estilo, Constanza siempre había visto mal que su familia se rodeará con personas menos estatus que ellos, y aunq
sonrió y le mando un beso volado a su padre para luego salir de su casa directo a la playa. Y es que no solo es de
sta, sin imaginar que Mark era becado en la preparatoria. Ella no tenía problema alguno, pero cuando se enteró su mamá de ello fue como si le h
ioridad, su primo había ayudado a su novio a ir al viaje para que pudieran verse ahí, así que cuando lo diviso a la distancia sobre la playa corrió hacia él para abrazarlo fuertemente
riente mientras le deposita
quí. -El
s o ustedes se seguirán comiendo a besos. -Pao
vóleibol en la playa, otros más se unieron y fue así que empezó todo. Tiempo después, Mega decidió descansar un p
tar órdenes. Estaba un poco estresado ese día, tendría que dar el discurso de inicio y no tenía idea de lo que iba a decir. Decidió ir a la playa, tal vez eso lo podría di distraer un poco de todo lo que estaba pasado. Sentía una gran responsabilidad sobre él, la empresa de la familia era todo lo que tenía y si algo salía mal podría perderlo
ntro de su bolsillo, era Car
-respond
zabache se quedó pasmado, escuchado las palabras, negó re
evante, solo quería que le
er las cláusulas del testamento. -Marco frunció el ce
? -pregunto
padre pidió que antes de hacerte cargo d
uándo lo decidió? -
o pasara estaba, pero no creyó que sería tan pronto. Se paró de la roca y miro al horizonte limpiando sus lágrimas, era la primera vez que se permitía
edia vuelta se encontró con los dulces ojos de una azabache-. Oh Dios, tú
Megan sonrió ante su mirada, tenía que admitir que el chico frente a ella era muy atractivo, unos ojos enigmáticos, una nariz respingada, unos labios carnosos y su mandíbula m
co, aún seguía perdido en
trato de deshac
edirse de la chica que lo había cautivado y de la cual no tenía ide
de él, pero cuando unas manos la atrajeron toda su mente se inu
ba, lo bueno era que estaba ahí, aunque no tuvieran mucho
os ojos, tratando de pensar en otra manera de salir de ese problema, en ese momento Constanza entró
puso de pie y le entregó unos documentos, exactamente eran las finan
los estados de cuenta del último mes y como podrás ver le
-. Esto no puede ser, esto... debe se
deuda, esto no podía ser posible -Arturo se sen
o. -Pensó
uicidio para su empresa. -Constanza se mordió el labio.
ltaron una delante, dejando entrar a uno de los tra
gar los inmuebles de la empresa y se llevaron todo. -El semblante de A
pronto un fuerte dolor en su pecho lo hizo frenar, se llevó la
n alarma, estaba teniendo un infarto-. Rápido pide una ambulanci
a más de dicha que ver a su pequeña, aún sabiendo que tal vez ese día sería el último. Constanza estaba siendo la culpable de su desdicha, la mujer que le dio la vida se convertiría en su verdugo, la obligaría a casarse con un hombre que no a
a de hacerla suya se basara en el miedo que sentía al saber que tal vez, el hombre que se convertirá en su futuro esposo, pudiera obtener la oportunidad de ser el primer hombre para Megan. Se negaba a pensar en ello, pero su instinto pudo más que él. La recostó sobre la cama, acarició suavemente su cintura y bajo lentamente hasta su trasero apretando e
él, lo amaba como a nadie y claro que quería entregarse en cuerpo y alma, no obstant
imaginar a su chica con otro hombre le quemaba por dentro las entrañas, tenía que hacer algo para evitarlo y no le costó mucho llegar a una sola conclusión. M
es-. Te llevaré a donde sea, te pondré a salvo y
ero no se atrevía a decir sus pensamientos, cuando no sabía, hasta dónde sería capaz de llegar Mark por su amor y no s
bache lo besó sin permitir que terminara de hablar, no le importaba donde la llevara,
ó el gesto con promesas de amor. Todo estaba planeado, en tres días escaparían a Riverside
e cometer. A Constanza no le importaron sus súplicas, ni lágrimas ni lo mucho que su pobre hija estaba sufriendo. No le importab
licó una última vez mientras esta