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iderando que podría ser mi último día en esta existencia. Solo una verdadera imbécil ahoga sus problemas en el alcohol, ¿es que acaso no aprendí nada estos últi
me. Como aquella vez que hizo que participara en un concurso de canto, en aquel bar d
volver a tomar? Eso, es lo que me molesta en estos instantes. Tiré
ersigue aunque quieras huir de ella. Es un villano bastante insistente que busca tu d
borré de mi vida. Si los tuviese a mi lado ahora, si los hubiese tenido a mi lado hace unos días, quizás mi historia sería distinta, primero: recordara mí
reprobatorios, sus juicios y mucho menos sus rechazos. Así que me fui apartando de ellas. Evitando fiestas, celebraciones, cumpleaños, re
ea de paso nunca me gustó, pero era el mundo donde creía pertenecer. Así me encerré en mi torre, mi p
pequeño letargo donde
abíamos que
- demasiado corto- vestido de verano de Bershka, que resalta su figura perfecta en los puntos indicados, con una caída casi angelical y delicada sobre su muslo; y él, bueno, como salido de un anuncio publicitario de Banana Republic, unos pantalones cortos blancos, unas Vans azul celeste que combinan con su camisa, unos lentes Ray Ban sobre s
í que aparto la mirada de ello
ántico...- Dice ella mientras él sonríe en su cabello, inhaland
dos de silencio después, él entiende primero que ella que no me moveré. Ella no es bruta, solo tiene esperanzas de lograr su cometido.
marchan. Vuelo a la paz de mi soledad, pe
les dibujé una reunión imaginaria donde estaban todos mis no existentes amigos. Era una noche calurosa de agosto, así que me mantenía hidratada a base de limonada fría. A las 10 de la noche, d
in pudor, total, era mi cumpleaños, y sin mucho espavien
hace unos momentos. Miré la mancha de vomito en la camisa, y sentí el mismo asco. Pero luego vi la mancha de sangre en mi pa