oviembr
repa hasta lo alto de un árbol; la que saltaba desde lo alto del columpio; la que alzaba la mano en clases, siem
o, y no como producto de mi madurez y pérdida de niñez, sino c
nza repercutió en mi autoestima y mi autoestima arruinó mi confianza. Y cuando ya no tuve con
mi postgrado, tampoco me importó cambiarme de ese trabajo mediocre, donde juré que solo estaría unogordita", y por eso tenía ya 15 kilos de más. "Ese trabajo está bien, porque no ocupa mucho tiempo nuestro" me decía; y así pasaron los 3 años
*
ero
nic había empezado la frase gritando, y terminó con una voz de súplica; una
amo. - Le dije mientras tomaba su rostro entre mis manos. -
en mucho tiempo. - Insistió. - Pensé que cuando terminaras ese diplomado, por fin podríamos irnos de vacaciones como hemos soñado, ¿y ahora quieres un post
labras exactas. Y la verdad es que tenía razón, no teníamos tiempo para nosotros. Ir a un cine, era algo logísticamente
e el profesor Ponce dice que esa especialidad sería ideal para mí, y las clases comenzaran
lo que sentarme a hablar con él por horas sobre los impuestos y tributos era una de mis actividades favoritas, incluso si esas discusiones se habían reducido a nada elegantes conversaciones por correo. Él siempr
esarias. - Ese profesor lo que quiere es meterse en tus pantalones, no en tus libros. Si de verdad te qu
él y me envuelv
ca-. "Siento que estamos separándonos. Sabes lo importante que es la comunicación en la relación
idea de perderlo. Pero estando acurrucada en sus brazos, mientras me da p
epósitos y evitar hacer retiros. Mientras más depósitos, la relación se fortalece; mi
ara que sigas amándome, pero debes dejarme. No puedo enamorarte de m
porque quitaba demasiadas horas nuestras. Solo teníamos 8 meses juntos, pero él ya est
Insistía. - Solo eso,
é concediendo. Él val
eliz y cuando él es feliz, yo lo estoy. No quiero perderlo, no sé qué haría sin él. El solo
rostro serio-. Me inscrib
. Nunca nos fuimo
oviembr
si la soledad no me aterrara, no me hubiese quedado con Dominic después de ese primer golpe. Pero estaba tan asus
jor amiga; sin miedo podría escalar el gran árbol de la vida, y vivirlo. Si he de tener alguna meta en la v
enta que la lucha que debes hacer ahora es más difícil que nunca, y no tienes ánimos ni fuerza para lucharla y ganar. Entonces aparece una botella en una meso quizás cuando lo hice, es la única que queda a mi lado; está a mi lado a pesar d
te y lloré en silencio. Una sola pregunta amenazab
rosadas y sus bordes no estaban uniformes, porque faltaban pedazos del friso. Sin embargo, seguía siendo imponente. No sabía si funcionaba, pero sirviese o no, tenía mis respetos, por seguir de pie ante ese mar
para lanzarme, pero tampoco lo estaba para levantarme. Mi hambre solo seguiría
na gordita, siempre tengo galletas y golosinas en mi cartera, escondidas en su bolsillo interno, para evitar el bochorno de que salieran volando y tal como
gustativas, y no pude evitar recordar a mis abuelos. "No hay postre malo con chocolate, ni comida mala con tocineta" solían decirme; ella era especi
perico como de mil años falleció, mi abuelo se convenció de que mi abuela lo vendría a buscar, así que todos los días se ponía sus mejores ropas, se arreglaba, se perfumaba y se despedía d
anoche? Quizás ya no estarían orgullosos de su nieta. Y si por
encias solían robarme muchas sonrisas a pesar de tantos años
un murmuro sin poder refrenar el
. Lo pensé
Repetí está vez p
guridad el sí me mataría, así que quizás no eran tan mala idea que hubiese tenido la
me sentí peor persona, si es q
berlo matad