tulo
isterios
omunicación se hacían eco de la noticia, Margot lo leyó pensando sino sería el autor. Una de sus últimas novelas se titulaba" El sobre vacío". Se decidió a visitar una librería
volver del trabajo se acercó y entró
ardaré es que tenemos el mismo horario
Margot cuando t
hasta encontrar el libro en cuestión. Leyó a
, se lo aseguro. Señor Harrison, ya lo encontré
. Así que aquella era la explicación, bueno solo e
rle el juego y descubrir junto a ella de qué se trataba, y esperaba sinceramente que tardase pero que muy mucho. Estaba ilusionado con ella, por primera vez sentía algo que creía era enamoramiento, quizás amor, aunque le asustaba decírselo a sí mismo.
al volante. La había convencido de ir de compras para ambos, a pesar de que ella, le había advertido que no disponía de sufic
placer pasear por Londres en aque
on quien compartirlo Margot, por
irás Essenor, es que no
o las compras que haremos para ti,
or Esseno
armario y la ilusión que conlleva comprar. Iremos a
tejuelas azules muy brillantes con delgados tirantes y muy ceñido, a Essenor le encantó por lo que ordenó dejarlo aparte. Se probó otros dos, uno de tela negra y blanca con una abertura lateral muy pronunciada que Esse
vestido unos blancos quedarán muy bien. Y los zapatos, unos de Puri
os femeninos Assenor,
da familia de la alta sociedad y era el pan del
mi madre limpiaba en un hotel, ya ves, ni parecido, quizás por
parece muy importante el origen de c
si eres un cielo, ¿quién podría
r, quiero que cuando quedes con
ajes a medida para quedar bien con aquella mujer que mantenía su mente centrada en ella. Es
¿cómo le diría yo?, más atrevido en c
na bien con la corbata y los zapatos puede ser
me rejuvene
una dama?. Si me lo permite
ucho ciertamente, es imp
un paño de Manchester de gran calidad y quedará como
e sean tres trajes, con
cuero, zapatos de piel genuina y u
ias camisas de repuesto
s gotas de agua golpearon los cristales
omportamiento de Margot, se había divertido mientras compraba y durante su intensivo entrenamiento como dama de al
señor Bissent, necesitamos un
tejuelas azul oscuro brillantes, con un bolsito rectangular de f
do le queda bien, da gusto así. Por favor Margot pruébate el rojo
pasarela Cibeles de Madrid. Y desde luego jamás hubiese soñado con tener
en el Cr
norme y recargado espejo. Pagó una generosa propina a un metre para que así fuese. Marcó el teléfono de Margot y la citó en el lugar, pero ordenó a un coche privado ir a recogerla a su casa a la hora precisa. Margot se sintió cortejada y mimada y se vistió como l
mo de flores, de rosas amarillas. Cuando vio a Margot entrar se quedó admirado,
o, estás preciosa, impresionan
rero llegó y tomó nota, Margot dejó que eligiese él, conocía mejor cuales eran las mejores opciones en aquel complicado menú. Seleccionó un vino español de Ribera del Duero muy
de atención, pero no la rechazó. Comenzaron a bailar muy juntos mientras los comensales de otras mesas les miraban con cierto grado de envidia.
porqué no nos imitan, es como cambiar de mundo
das que separaban el snack bar de la zona del comedor, girando en torno de sí mismos, sin percatarse de nada que no fuese aquel encantamiento amoroso que estaban sufriendo. Era como si no hubiese nada ni nadie alrededor de ellos dos. Los
ciertamente, al menos para mí
queño abanico para darse aire y esconder sus mejillas
¿te ha
ponerla sobre la de Harol
or experiencia d
ueno, por un mo
ailaba y al principio era como estar en un escenario a la
d un sentimiento que semejaba ser un fuego imposible de ap
r un amor que
emos H
o muy especial. Pero ¿Cómo había llegado aquella carta a ambos?, Ninguno d ellos
no comprendo bien Margot
ld, algo que te
a querida, es esa carta que afortunadamente nos u
decería si lo conociese, ha sido providencial, ¿no cree
ell
una mujer, más posibl
radecería de conocerle su acción, de otra forma hubi